Esta vez fueron 60 alumnos, con los cuales el programa, iniciado en la ciudad en 2010, acumula ya capacitación ofrecida a unos 600 chicos de entre 18 y 24 años, que se cuentan entre los que menos oportunidades han tenido para encarrilar su vida educativa y laboral. En diciembre próximo habrá otro egreso.
Justamente como los requisitos exigidos para ingresar al POI –en el marco del Programa Jóvenes con Más y Mejor Trabajo, que depende de la Nación– son no haber concluido los estudios formales (primarios o secundarios), ni tener trabajo estable al momento de la inscripción, su captación a los fines educativos resulta esencial.
Merced al trabajo de seguimiento que realiza la Oficina de Empleo municipal, buena parte de los alumnos bajo programa POI cursan al mismo tiempo su terminalidad secundaria en el CENMA.
“El propósito es doble: que terminen sus estudios y que también obtengan capacitación para insertarse en el mundo del trabajo, que en muchos casos les es directamente algo ajeno. Hacemos un gran esfuerzo para que todos queden bajo programa y se sigan capacitando”, indicó Virgina Rencini, titular de la Oficina.
La capacitación POI demanda desde este año cuatro meses, con el dictado de cuatro módulos obligatorios: computación básica; derecho laboral; higiene y seguridad laboral; y proyecto formativo ocupacional, donde se los ayuda a encontrar su vocación y posibilidades laborales.
Los egresados del POI quedan registrados, a su vez, en la base de datos de la Oficina de Empleo, con lo cual disponen de una puerta más de posible ingreso al mundo del trabajo.
Desde esa dependencia pueden continuar también con su formación, realizar entrenamientos laborales y hasta delinear micro emprendimientos productivos con apoyo del municipio.
Desde que se lleva adelante el POI, ésta es la primera vez en que también participa la Universidad Nacional de Córdoba a través de su programa Suma 400. Su coordinador General, Carlos Gallo, aportó sobre esta experiencia en particular: “Es el primero que dura cuatro meses y cuya capacitación incluye algunas cosas que para nosotros son fundamentales. Primero, la formación de los jóvenes porque son jóvenes que tienen entre 18 y 24 años que no trabajan ni estudian. Poder trabajar con ellos, grupalmente, con profesionales, en torno a qué quieren hacer con su vida y cómo pueden perfilarla, los va a ayudar en el futuro a poder elegir un oficio, o poder elegir terminar el colegio secundario, inclusive ingresar a la Universidad”.
Una de las alumnas benefiadas con el PI, Vanina Gómez, agregó: “Siento que fue una ayuda muy buena para todos nosotros porque nos cuesta mucho encontrar trabajo. Fueron muchos trabajos grupales para tratar de encontrarse vocacionalmente y darnos confianza”.
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