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Recordaron al remisero Arturo Maturano, a seis meses del fatal accidente

Jornada a seis meses de la muerte del remisero. Reclamo por una Defensa Civil efectiva.

Por: Leonardo Rossi (De nuestra redacción)

“No fue un accidente”, dice, repite, y vuelve a decir Gabriela Maturano a este cronista. La charla se desenvuelve horas antes de que se cumplan seis meses de la muerte de Arturo, su padre, remisero, trabajador, abuelo, compañero, amigo, confidente y ser al que se le pueden cargar tantas etiquetas más, como ocurre con cada persona, con cada vida. Vida que se vio trunca, en una metafórica y cruel madrugada, en la que Arturo se fue, y se quedó a mitad de un camino quebrado por el arrastre del río. 
El 1 de noviembre de 2013 está ahí, latente, clavado en la mirada de unas cincuenta personas. Son las 16, tarde nublada, y poco a poco se acercan a lo que resta del viejo Puente Centenario. Se cumple medio año ya del último viaje, inconcluso, de Don Maturano. Haber hablado antes con Gabriela parece un acierto. No hay clima de palabras. Los rostros, transfigurados de lágrimas, expresan todo lo que se puede decir y mucho más. Familiares, compañeros de trabajo de Arturo, vecinas y vecinos de la zona llegan, ponen sus cuerpos y otras tantas cosas imperceptibles a la vista. Dejan ahí sus fibras más íntimas; crean una atmósfera de silencio que aturde, interpela, cuestiona y dispara una catarata de frases en el yo interior. “¿Por qué?” “Le podría haber tocado a cualquier persona” “La muerte espera en el sitio menos pensado” “¿Se podría haber evitado?” y sigue la infinita lista de pensares y angustias. 

Ver y recordar 
El encuentro en torno a la figura de Don Maturano pide poner las manos y la conciencia en forma colectiva. Se convoca a pintar una estrella amarilla, el símbolo que recuerda a víctimas de accidentes de tránsito en la zona.
Conciencia por la Vida es el grupo que realiza estas actividades y que se encargó de promover la jornada, el 1 de mayo, allí donde Arturo hizo su última maniobra como remisero. Aunque el hecho no fue un accidente, la familia aceptó la propuesta. “Queremos que cuando pase por ahí, la gente recuerde lo que pasó”, dice Gabriela, con la voz dura, seca de dolor.  Francisco Brandán, gestor de este acto recordatorio de Maturano, dice que “se perdió más de una vida”. Y lo explica: “Muchas personas quedaron traumadas, con problemas psicológicos, pensando que a cualquiera le podría haber pasado”. Pintar la estrella con el nombre de Arturo es dejar registro, justamente de eso, que ahí, “podría estar el nombre de un familiar, un amigo, un vecino”. 
Gabriela reconoce que al principio parte de la familia “no quería saber nada” con este símbolo, vinculado a lo accidental. Las charlas, el acompañamiento y el apoyo de Brandán y los suyos, terminó de convencerlos. Entonces, la estrella estará allí hasta que se haga el nuevo puente, y luego se realizará una nueva pintada sobre ese tramo, avisan. Pero no sólo se quedarán con ese mensaje en el espacio público. Irán más allá, a dar pelea en lo que viene. “Todo el mundo sabía que el puente se estaba por caer y la Defensa Civil no funcionó. Estamos preparando junto con la familia una sugerencia al Municipio para que funcione de verdad ese sistema”, dice Brandán.

Más que una estrella 
Entre tanto ruido enmudecido, el sonido de las ráfagas de viento se hace protagonista. Unos tibios rayos de sol se cuelan, tímidos, entre las nubes y pegan sobre el asfalto. Ahí está  el nombre de Arturo pintado. 
También en ese punto reposan todas las miradas, como buscando ver algo más de lo que es un cúmulo de pinceladas. Como si el nombre de Arturo pudiese (y quién sabe si no lo hace) decir algo ante tanta desazón. Francisco brinda unas palabras, pide, otra vez, como hizo en tantas otras oportunidades, no tener que pintar más estrellas. Gabriela agradece a quienes un 1° de mayo recuerdan a un hombre que murió trabajando. Recibe el abrazo de una mujer, el primer gesto de una sentida y colectiva ofrenda de muestras de cariño. Comienza la retirada. Son las 17. 37, el sol desciende como en picada. De fondo un martirizado Cristo contempla la escena. El sonido del río perturba. El tramo de puente queda vacío.  Aunque a decir verdad, nunca estuvo tan colmado de sentido.  
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

1 comentario:

  1. cada estrella amarilla,no es accidente de transito.es "asesinato" de transito

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