Por: Leonardo Rossi (De nuestra redacción)
Cuando Armando Alanís hacía sus primeras intervenciones en las paredes de Monterrey, en suelo mexicano, seguro no imaginó que 18 años después un grupo de jóvenes de una ciudad del norte de Córdoba (Argentina) seguirían sus pasos: recrear micro-poesía en murales urbanos.
De eso se trata Acción Poética, un movimiento con casi dos décadas de vida, que trascendió la frontera azteca para germinar en cada rincón de América Latina y del que hoy Jesús María es un fiel (e incipiente) representante. “Buscamos embellecer la ciudad y trasmitir un mensaje”, dice Paula Sánchez, impulsora local de la iniciativa artística.
Una noche de febrero como cualquier otra. Paula es anfitriona de una cena entre amigos, que terminaron de cursar el secundario el año pasado. Comida va, trago viene, pasan las horas entre charla y charla. Recuerdos de un viaje a la Patagonia. Se narran algunas experiencias; se cuenta acerca de lo impactante que son esos murales que irrumpen en recónditos lugares con frases que uno jamás olvidará.
- Vi en muchos pueblos esa poesía pintada en las paredes –dice Paula, con nostalgia y tono de propuesta—.
- Y por qué no lo hacemos acá. Pongámoslo en práctica –responde Charly para levantar la apuesta-.
Sin perder tiempo
“No sabía que ponerme y me puse feliz”, podía leerse sobre una masa de concreto en la fría ciudad chubutense de Esquel. Paula no olvidó esa frase, las sensaciones de lo más simple: la palabra en el espacio público como motor infinito de sentires. Quiso replicar la experiencia. Charly la acompañó. Y luego otra amiga, y otro amigo, y así sumaron manos hasta llegar a ser quince cuerpos y almas en la actualidad.
No se tomaron demasiado tiempo y salieron a realizar sus primeras intervenciones. En una pared del colegio Huerto, dejaron su marca: “A veces creemos que nos faltan cosas cuando nos sobran tantas”. La frase tiene 11 palabras. En estricta regla de Acción Poética debiera tener ocho, es decir ser una micro-poesía. Por eso la segunda intervención, en la calle Estrada y cercana al Pío León, se ajustó a la norma: “No olvides tus raíces”. El tercero tendrá lugar en pocos días, y será sobre una fachada de la calle Sarmiento.
Descontaminación visual
Lejos de adoptar una actitud sectaria, el grupo original de amigas y amigos abrió el juego a otras y otros con vocación de pintar de poesía la ciudad. Para sumarse no hay límites de edad, requisitos profesionales ni nada por el estilo. Hoy ya participan en el espacio jóvenes de entre 15 y 26 años, que provienen de variadas disciplinas, como Paula que estudia para chef o Ayelén Mendoza (21), que se está formando como docente de Educación Física.
“Me contacté a través de facebook”, cuenta Ayelén sobre su primer acercamiento a Acción Poética-Jesús María. La joven conocía el movimiento por ver sus realizaciones en las redes sociales y esperaba el momento de hacer lo mismo aquí, en las calles que sabe transitar a diario.
A través de esta práctica Ayelén busca sobre todo concretar la idea original de Alanís, fundador del movimiento: “Que la gente vuelva a los libros. Como dice él, ‘estamos en una cultura de la no lectura’”. Por otra parte, este arte viene a dar batalla “frente a la contaminación visual, de las publicidades o campañas políticas”.
Acción Poética está en la zona y espera pintar con bellas frases muchas paredes más. A la espera de vecinos abiertos a ceder sus fachadas, y más manos ávidas de llenar de color y sutiles palabras la ciudad, el grupo continúa pensando cuál será su próxima obra de arte en el espacio público.
Contacto: Paula Sánchez, celular: 15 505866. Facebook: Acción Poética Jesús María.
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