“Les estamos midiendo el agua a los productores porque no puede ser que se pierda y que se pierda mucho. En una reunión les decía que si en cada una de las líneas estamos perdiendo entre el 10 y el 20 por ciento, equivale a 20 mil litros de agua por hora. No nos podemos quejar después del riego en las canchas de golf, ni de las piletas que se podrían llenar por cada línea de riego que tiene 10 kilómetros de extensión y tenemos en total 20 líneas”.
La sentencia pertenece a Eduardo Angulo, jefe del Departamento de Desarrollo Rural y Ambiente de Colonia Caroya, y va dirigida al sector productivo que hace uso de agua de riego en la zona rural.
Es que comenzaron un par de meses antes de concluir 2013 con una campaña de concientización en la que le miden el agua a los productores, se les afora y se les entrega el agua en la línea con la intención de que cada beneficiario contribuya con la limpieza de las líneas de riego.
“Nos estamos reuniendo con ellos -añadió Angulo- una vez por mes y les estamos explicando cuál es la situación, cómo vienen disminuyendo los niveles estáticos de las bombas de riego, qué está pasando con el Canal San Carlos que dejó de filtrar agua de la galería vieja y solamente se está abasteciendo de los drenajes”. Y completó: “Es la primera vez que se está midiendo el agua y eso nos evita las discusiones con los productores porque sabemos cuántos litros por segundo entregamos, a razón de 130 mil litros hora. La idea no es ir al choque con el productor sino de convencerlo de que tiene que ayudar en la limpieza de las acequias”.
Paralelamente, el municipio sabe que tiene una tarea a nivel interno bien compleja: cambiar la historia sobre los guardianes de riego trabajando con nuevas herramientas y cambiando totalmente el sistema de distribución de riego que se compone de un guardián que se encarga de las ventas y las asienta en las planillas. Además, asientan todos los números telefónicos de los regantes. Y hasta están cambiando los vehículos para monitorear el sistema.
El municipio ocupó gran parte del período invernal para reparar unos derrumbes ocurridos en un distintos tramos del Canal San Carlos, atentos a la queja de algunos sectores de la ciudad que aseguraban que cada vez les llegaba menos caudal. Lamentablemente, no pudieron ser reparados todos los derrumbes porque volvió el período productivo y el reclamo de agua fue casi inmediato.
Paralelamente, durante 2013, Caroya vivió una situación iné-dita: estuvo sin llover más de 140 días seguidos y aunque no fue la peor sequía de la historia sí fue la oportunidad en que los perfiles tuvieron menos agua lo que demoró la implantación de algunos cultivos en la fecha en que correspondía.
El agua, como recursos escaso, viene siendo materia de estudio por parte de los responsables del manejo del sistema. Y todas las medidas realizadas apuntan a un uso responsable, eficiente, sin pérdidas evitables, y con conciencia de su vital importancia.
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