Último momento
recent

El reclamo de los que defienden los derechos de los animales se hizo sentir fuerte este año

Aunque no fueron muchas personas, lograron notoriedad nacional amplificada por los medios de comunicación que se hicieron eco de sus reclamos durante la edición 49 del Festival de Doma.

La Fundación Sin estribos y la Mesa proteccionista de animales de Córdoba, a través de Andrea Heredia de Olazabal, Eleana Casado, Daniela García y Silvia Sastre, presentaron un recurso de amparo ante el juez de control de Jesús María, Oscar Patat, solicitando que se suspenda la jineteada en el Festival de Doma y Folklore hasta tanto se verifique que los animales no sufren maltrato. Lo hicieron el viernes 10, durante la mañana, el mismo día en que comenzaba el Festival.
Ambas organizaciones vienen compilando información y material que les hace suponer que los animales que participan del espectáculo son sometidos a diferentes formas de maltrato y en forma sostenida desde que son trasladados hasta el festival, durante el tiempo en que permanecen atados hasta ser jineteados, y en el momento mismo de la jineteada. Gritos, fuegos artificiales, transporte inadecuado, vendas en los ojos, golpes, rebencazos, y espuelas sobre la piel son algunas de las formas que toma ese maltrato.
“Le pedimos al juez poder acreditar todas nuestras sospechas sobre el maltrato y la crueldad que existe hacia los animales, no solamente la muerte y el maltrato que sucede en el campo (de la doma). El hecho de que mueran animales y personas es un hecho violento en sí mismo. Le pedimos al juez que vea la circunstancia que vive el animal desde que llega a Jesús María”, señaló Heredia de Olazabal.
Foto Gentileza: Paul Amiune
Ya durante 2013, Sin estribos fue querellante y denunció penalmente al Festival de Doma por la muerte de dos yeguas, La Pampeana y Roseta, aunque el fiscal José Raúl Almeyda no encontró méritos para sancionar al Festival por esos decesos y decidió archivar las causas, tras resolver que los animales muertos no estaban bajo el influjo de ninguna sustancia extraña en su cuerpo y que los controles veterinarios y de sanidad habían sido los correctos.
Y se valen de esas dos muertes y del fallecimiento del jinete Alfredo Espíndola, durante la edición 2010, para señalar que se trata de un espectáculo que resulta violento para los menores de edad que les toca presenciar eso. Por ese motivo, en forma adicional al Amparo las entidades proteccionistas solicitaron que no se permita el ingreso de menores al Festival.
Sobre el porqué de presentar el recurso en este momento y no en abril, por ejemplo, Heredia señaló que lo hicieron ahora para que el juez tenga la posibilidad de constatar –mientras se hace el Festival- si lo que se denuncia es cierto o no. Para eso, se pidieron pericias etológicas, pericias veterinarias, informe de Senasa, informe del Colegio de Veterinarios, informe de la AFIP, entre otros. En el fondo, las entidades saben que – probablemente- no haya resolución a favor del Amparo antes de que concluya la edición 49, pero también saben que están abriendo una posibilidad de discutir si este tipo de espectáculo público debe continuar utilizando a los caballos como parte del show.

Invasión en el campo
La segunda acción concreta en contra de la doma la formularon un grupo de activistas que se reconocieron como parte de la asociación Animal Soy, quienes irrumpieron en el campo de doma durante la jornada del domingo 12, mientras se presentaba Piñón Fijo, portando pasacalles con mensajes como “doma = tortura” y “no a la jineteada”.
Como era de esperar la respuesta de la gente “gaucha” no se hizo esperar y los sacaron por la zona de los corrales a rebencazo limpio y propinándoles a los activistas golpes de puño y patadas, cuyas consecuencias mostraron en las redes sociales a través de fotos.
Oficialmente, el Festival repudió ambos hechos: la forma de la protesta y la reacción de los jinetes por entender que hay otras formas de resolverlo.

Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Con la tecnología de Blogger.