Por: Marianela Tabbia (De nuestra redacción)
Reunidos por la curiosidad, la inquietud por hacer y la pasión por la historia, tres vecinas de Jesús María y un vecino de Colonia Caroya vienen llevando adelante este proyecto desde 2001.
Elsa Rivadero, Marita Freytes, Graciela Ezcurra y Nelso Lenarduzzi transforman en palabras aquellos relatos que el olvido intenta llevarse consigo.
El cuarteto ya participó en distintas instituciones y espacios de la zona y esas experiencias les permitieron ser testigos de pequeñas grandes historias. Los integrantes del grupo fueron variando pero la meta siempre fue la misma. A lo largo del camino, se sumaron colaboradores ocasionales y el municipio de Jesús María que financió las publicaciones.
Vínculo estrecho

No es raro escuchar de manera risueña a los integrantes del Grupo Guanusacate decir que son “patrimonio del museo”. Marita recordó una anécdota que materializa el lazo que aún continúa vigente: “Cuando se designó patrimonio de la humanidad, estábamos en la bodega haciendo una vigilia y leíamos y hablábamos. Parecía una noche de reyes, esperando que llegara la designación”.
Voces al papel

“El concepto de historia de nuestra entrega es hurgar, rescatar y dar a conocer la gente común de Jesús María”, explicó Elsa. La recepción en el público luego de la impresión de cada número siempre supera las expectativas ya que cala profundo en la familia o conocidos de quien se plasma algún recuerdo en las líneas.
Nelso, por su parte, mencionó uno de los tantos gratos momentos que surgió luego de la divulgación de un texto: “te imaginas lo emotivo que fue hacerle un homenaje a un hombre que murió trabajando en el museo a los 31 años. Una de las hijas estuvo presente en la presentación. Había quedado huérfana con dos, tres años, y los recuerdos de su padre eran casi nulos porque jamás nadie se acordó de él y, de pronto, nosotros lo trajimos a la memoria”.
Historia viva

“No es la historia escrita a la que recurrimos, respetamos, valoramos y que nos encanta pero creo que lo que nos lleva a animarnos es un lugar de una importancia tan vital en el proceso histórico general desde los aborígenes, la esclavitud, la colonización. No hay punto que envuelva la historia que no haya pasado por Jesús María”, destacó Freytes.
Lenarduzzi, completó: “Es importante el relevamiento y rescate histórico que quede escrito, documentado porque si no se pierde o lo desconocemos. Queda escondido en algún rincón. Pero sabemos que Jesús María nace en el neolítico, unos ocho mil años atrás, porque alguien como Jorge Delprato se puso a escarbar a la orilla del rio, a buscar piedritas y a dedicarle tiempo. Nosotros tratamos de preservar lo que no está escrito, la oralidad del común de la gente”.
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