Cuando su partido le pedía, insistentemente, que repitiese otro período como legislador del departamento Totoral, Carlos Ciprián decidió escuchar a un grupo de vecinos que, a su vez, le pedían que volviese a gobernar Sinsacate.
Antes de irse a la legislatura, Ciprián había apadrinado y abierto el camino a Rubén Ferreyra, dejándole además a su equipo de trabajo: el tridente que conforman Horacio Tessino, José Luis Villafañe, y José Agustín Cresta.
Ferreyra ganó holgado las elecciones de 2015, pero a poco de estar gobernando comenzó a distanciarse de Ciprián y a darle a la gestión una dirección diferente.
Ferreyra descuidó las gestiones iniciadas por su antecesor en la Provincia y la Nación y varios proyectos que podrían haberse concretado quedaron en el camino.
Quien había comenzado su carrera con Alicio Cargnelutti en el Tribunal de Cuentas y luego en el Concejo Deliberante, se fue mostrando cada vez más fastidioso con lo que suponía “intromisiones” del legislador Ciprián, al punto tal que comenzó a obrar llevándole la contra en todo lo que pudiese.
¿El resultado? Durante el discurso de despedida, Ferreyra omitió mencionar a quien fuera su antecesor y mentor. Y Ciprián hizo como que no había pasado nada y le restó importancia en las declaraciones a los periodistas.
“La tensión siempre está porque los exintendentes somos jodidos, ahora va ser él el ex (risas). Incluso le ofrecimos a Rubén sumarlo al Ejecutivo porque tenemos alguna necesidad puntual que atender, pero él pidió un tiempo y hay que ser respetuoso de eso”, explicó
La relación hacia arriba
“Hemos -añadió- podido avanzar en el programa Lo Tengo, y con en el nuevo edificio para el colegio secundario, por citar ejemplos”.
Ciprián recordó que con el gobierno nacional de Cristina Fernández a Sinsacate le fue bien en cuanto a haber obtenido algunos programas que le permitieron desarrollar infraestructura como cordón cuneta o la nueva perforación y cañería maestra para el agua potable.
¿Tiene idénticas expectativas con el gobierno de Alberto Fernández? “Voy a golpear todas las puertas que haya que golpear. Hay que insistir. A mí me fue bien porque fui con la verdad en la mano y con un montón de necesidades y me escucharon. Quizás no me dieron todo lo que pedí, pero sí me atendieron y nunca me forzaron a tomar un compromiso político. Obviamente con respeto y dentro de la institucionalidad de un intendente relacionado con el gobierno nacional fui a pedir y siempre algo me dieron. Nos sirvió para multiplicar los panes”.
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