Por: Marianela Tabbia (De nuestra redacción)
Sale afuera, saluda a la desconocida con un movimiento de cola. En la plaza, mientras posa para la sesión de fotos, Novak acata las órdenes para demostrar la lección aprendida. Se sienta, entrega su pata, salta, ignora a los vecinos caninos que vienen a buscarle pelea.
Hace tan sólo cuatro meses, era uno de los tantos perros que vivía en las instalaciones de la Municipalidad de Jesús María para animales abandonados. El destino quiso que su camino se uniera con el de Pablo quien estaba a punto de iniciar un curso del Área de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba.
Debía elegir al compañero de clases para adiestrarlo como perro guía de personas con discapacidad o con alguna necesidad puntual. Todos los participantes de cuatro patas del proyecto debían cumplir la misma condición: no tener hogar y de esta manera poder reinsertarse.
En la primera etapa del curso que culminó hace dos semanas, aprobaron 55 alumnos con sus respectivos animales. Los estudiantes locales lograron una de las calificaciones más altas: un nueve.
Por otro lado, la segunda instancia que comenzará en febrero o marzo del año próximo, contará con tres meses más de capacitación, aproximadamente. Allí, se conocerá qué tipo de habilidad específica deberá desarrollar el animal según su destino asignado.
Amor perruno
Si bien el adiestramiento canino es un hobby, lo ha llevado a seguir incursionado en la temática. Según sus palabras, el perro tiene que elegir a su ‘socio’ para, después, poder crear el vínculo. En este tipo de entrenamiento, el carácter del animal es clave ya que debe ser “atento, juguetón, obediente, es decir, flemático”.
Esta experiencia permite erradicar el mito que sólo los perros de raza son los únicos que poseen las cualidades para ser de asistencia sino que cualquier can -si cumple con los requisitos y es entrenado- puede llegar a serlo.
Colaboradores
Pablo explicó algunas de las tareas que realiza un perro guía: “Está entrenado para acompañar a una persona ciega, por ejemplo, antes de cruzar la calle el perro se sienta y le enseñamos a que vea si viene un auto o no. Con sillas de ruedas, si el perro ve un pozo se sienta porque hay algo que le impide transitar. O en un geriátrico, el beneficio con los abuelos es la parte motivacional”.
Finalmente, valoró el recorrido realizado de manera muy positiva. “Me ha encantado porque el resultado ha sido lo que yo buscaba. Vamos por más. Ahora quiero aprobar el curso y quiero que Novak sea perro de asistencia. Hoy, el título que tiene es Buen Ciudadano Canino por la primera etapa. Que sea de asistencia sería algo hermoso para que la gente de Jesús María entienda que cualquier perro de refugio puede ser útil y es bueno para el refugio que un perro salido de ahí, sea de asistencia”, finalizó.
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