Por: Marianela Tabbia (De nuestra redacción)
En junio, la Sociedad Rural de Jesús María, Municipalidad de Colonia Caroya, el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la provincia firmaron un convenio para que la Escuela de la Familia Agrícola (EFA) se trasforme en un proveedor de las especies requeridas dentro de la normativa 10.467.

Tras esos lineamientos, se impulsó a nivel local un proyecto de gran envergadura no solo por la meta trazada sino también por la conjunción de diferentes entidades públicas.
Impulsores

La institución educativa es la encargada de coordinar las principales tareas de reproducción de ejemplares ya que contaban con la infraestructura básica para iniciar como el sistema de riego por goteo y el invernadero. Seguramente, se vendrán inversiones a futuro pensando en las cifras que surgirán por la demanda a abastecer. Hoy, la iniciativa está dando sus primeros pasos, pero quedan muchos objetivos por delante, entre ellos, generar un millón de ejemplares por año.

Por otra parte, remarcó el origen del proyecto cuyos protagonistas fueron los alumnos de la escuela: “Esto empezó con los chicos de cuarto año que estaban el año pasado. Ellos hicieron todo el relevamiento del arbolado urbano y ahí se detectó que hacían falta plantas, especies autóctonas. Eso llevó a la escuela a empezar a averiguar, después se materializó por otro lado y viene creciendo a un ritmo que no pensábamos nunca que a un año estaríamos acá”.
Más ideas
Martin Piazzoni, director de la Agencia de Desarrollo Productivo destacó la importancia de oportunidades como estas para poner en valor los recursos humanos y materiales de la ciudad. Además adelantó que, continuando con la vista puesta la producción forestal, es que surgió una posibilidad de negocio con la industria maderera que todavía es muy reciente.
Se trata de una alternativa para potenciar hectáreas en desuso ubicadas en zonas donde no se puede producir ni construir dentro del nuevo mapa de planificación estratégica que se está pensando.
El funcionario confirmó que hubo charlas con empresas locales para desarrollar plantaciones de álamos o pinos a largo plazo que luego serían cosechados, a los diez años aproximadamente, y comercializados.

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