Por: Marianela Tabbia (De nuestra redacción)
Todo comenzó el 16 de agosto de 1994. Cuatro niños juntaban leña en un día frío y despertaron una llama en Roxana. Hacía poco que acababa de perder a su hijo, el menor de la familia por aquel entonces.

Sentada en la galería, ella responde preguntas mientras los niños van y vienen por todo el lugar haciendo las tareas de la escuela, jugando o colaborando con los quehaceres domésticos. Este año, la reflexión de la tarea cumplida se profundizó tal vez por el número: 25. Según su principal impulsora, la solidaridad de la gente lo hizo posible.
“Vengo de una familia muy solidaria, pero también muy pobre. Somos seis hermanos y soy la única que estudié porque mis hermanos trabajaron para que yo estudiara. Todos los días mi papá, y me emociona contarlo, traía un chico a la mesa. A mi mamá no le gustaba mucho. Me parece que lo mamé de ahí pero no lo había sacado hasta después de lo de Matías”, recordó.
Apuesta diaria
Como docente aplicada, Roxana lleva la cuenta de cada niño y joven que pasó por la Casa de Matías. 587 es la cifra total en 25 años de trabajo. Cuando el proyecto daba sus primeros pasos, jamás imaginó a donde llegaría con su lema de “soñar con niños felices”, gracias al apoyo incansable de su esposo Luis y de sus tres hijos.

Consultada por cómo se define a sí misma, la primera palabra que asoma es “educadora”. Sincera, aseguró que no les gusta cuando sólo se menciona al espacio como un comedor ya que la educación es un pilar fundamental. En la actualidad ese objetivo es acompañado por convenios con la Universidad Siglo XXI, el Instituto Villada de los Salesianos y el Colegio Nacional de Monserrat quienes colaboran con la faz pedagógica.
Seguir soñando
En todos estos años, los desafíos y obstáculos han sido muchos pero ninguno lo suficientemente difícil para desistir. “Me imagino mi último respiro adentro de este comedor, trabajando. Si Dios me da vida que sea con bastón o como sea, pero jamás he pensado en dejar. Es un compromiso moral de seguir ayudando a los chicos. Jamás se me ha cruzado abandonar o bajar los brazos”, respondió con firmeza.

Ante este contexto, Roxana reflexionó: “A veces vienen de una realidad que los golpea muchísimo, pero también optamos por mostrarles que hay otra forma de vida. Los chicos no son tontos, saben elegir”.
“Me considero una mujer fuerte -expresó-, la vida me ha dado esa fortaleza. Me siento fuerte todos los días. Siempre me titulan cuando hacen notas ‘transformó su dolor en amor’ y yo no lo transformé en amor, ellos me lo trasformaron en amor. El dolor lo sigo teniendo y ha tenido muchas transmutaciones. Los chicos lo transformaron en amor porque son ellos los que me devolvieron a la vida”.
Felicitaciones por tener.esa fortaleza y buen corazón hacef el buien al prójimo es un mandatl de DIOS wur drbemos cumplirlo a raja tabla sacsr los.chicos adelante y sacarlos de l peligro de ls Droga del Alcoholismo y de todad los.peligros que hay hoy en día es unaobra maravillosa y agradecida .QUE DÍOS BENDIGA SIEMPRE A LA CASA DE MATÍAS Y PROVEA GENTE BIEN INTENCIONADA PARA AYUDAR A TAN NOBLE GEDTILN AMÉN
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