
Por: Marianela Tabbia (De nuestra redacción)
Con 24 años, ya cuenta con una corta, pero vertiginosa carrera. El año pasado se recibió de licenciada y, el próximo, ya planifica inscribirse para continuar con el doctorado. Hoy, divide su agenda entre el Museo de Antropología, el apoyo a instituciones patrimoniales locales, visitas a escuelas y distintos trabajos de investigación.
“En el último de la carrera, me beca la fundación Williams por medio del programa de arqueología digital que depende de IDACOR – CONICET para terminar mi tesis trabajando con programas de digitalización. Esta fundación apoya todo lo que son espacios de digitalización dentro de lo que son las ciencias abiertas”, explicó.
Pasado y futuro
La arqueóloga explicó en simples términos como esta metodología revoluciona la ciencia y la coloca al alcance del público general, no solo del científico: “mediante distintos tipos de fotografías de un mismo objeto, tratando de cubrir todas las caras, se reconstruye, dentro de la computadora con diferentes programas, el modelo 3D. Por ejemplo, descargás en tu casa el modelo 3D de la falange y si querés podés medirla con calibre para compararla, porque mide exactamente lo mismo que la falange real, lo hemos comprobado”.

“Lo digital dentro de la arqueología está en boga, a nivel internacional hay muchos congresos y encuentros. Es un tema bastante novedoso, se va prendiendo cada vez más la gente. Es lo que se viene, de una u otra forma es el futuro”, aseguró.
Al rescate de lo local
La especialista sostuvo que la colección propiedad del municipio jesusmariense, bautizada como Del Prato es una oportunidad única para la región. Son utensillos que han estado guardados por años y que pueden ser material de análisis para alumnos de la carrera de la cual egresó.
“En la Facultad de Filosofía y humanidades tenemos una materia que se llama Antropología Pública que trabajamos mucho con colecciones arqueológicas y cómo estas colecciones llegan a la comunidad, cómo hacer para que la comunidad conozca y se apropie del material. Hay mucha gente interesada, que le gusta ese tema y yo soy una de esas. Es lindo cuando la gente se apropia del conocimiento histórico y prehistórico”, dijo.
“Durante muchos años Córdoba fue totalmente desestimada por las características que tiene su material arqueológico que, por las características propias del suelo, no se conserva igual que en la Patagonia o en el noroeste argentino que son lugares muy populares. Sin embargo, en nuestro equipo trabajamos en la revalorización del patrimonio arqueológico de Ongamira y como este grupo, hay un montón más”, finalizó.
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