Una sensación amarga dejó la visita del secretario de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, esta semana al Museo Jesuítico Nacional de Jesús María, quien se retiró sin despejar ninguna de las dudas que pesan sobre el futuro del edificio que es patrimonio de la Humanidad desde 2000.
En su defensa, dos cosas se pueden resaltar: en primer término, es la primera vez en muchísimos años que la máxima autoridad nacional de la que dependen los museos visita la Estancia Jesús María.
En segundo lugar, fue amable con la requisitoria de la prensa y fue honesto en sus declaraciones. Ni siquiera el hecho de que estén en campaña electoral le hizo decir o prometer algo incorrecto o exagerado.
En mayo del año pasado, se cayó el techo de una de las habitaciones más antiguas de la Estancia y que databa del siglo XVIII. En ese entonces, el cargo de director estaba acéfalo porque se sustanciaba el concurso de antecedentes para nombrar al sucesor de Nelso Lenarduzzi.
Y la burocracia exige una segundo proceso licitatorio, antes de intentar una contratación directa y, posteriormente, un convenio con el municipio local. Si hubiesen empezado al revés, con el convenio con el municipio, ya estaría arreglado.
De hecho, antes de que asumiese Ferreyra en la dirección del Museo, hubo una propuesta de quienes ejercían sin “papeles” la dirección de la Estancia para proceder a la reparación con numerosos actores locales que habían dicho que sí a colaborar, pero las demoras hicieron caer esa posibilidad.
“En todos estos bienes que son patrimonio, su reparación no es automática, requiere intervención de la Comisión Nacional de Museos y Monumentos. No es que uno llama a un albañil para que automáticamente lo repare. A su vez, tenemos que cumplir las normas y procedimientos del Estado, requiere llamado a licitación... Lo estamos haciendo lo más rápido posible. Me hubiera encantado que se hubiera hecho más rápido, pero estamos apurándolo todo lo necesario y estamos trabajando mano a mano, codo a codo, con la Comisión Nacional de Museos y con el equipo de aquí”, explicó Avelluto sobre el tema.
Inexplicables retrasos
Avelluto tampoco pudo dar explicaciones sobre por qué nunca se pusieron en marcha dos programas en los que el Museo Jesuítico había sido incluido, uno de refacciones generales que se proyectó entre 2012 y 2014 y uno sobre accesibilidad universal.Respecto de si el Museo estará apto para la revisión que UNESCO hará en 2020 cuando se cumplan 20 años desde que se declaró al Camino de las Estancia como Patrimonio de la Humanidad, el secretario fue optimista: “Estoy convencido de que lo va a hacer”.
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