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Foto Gentileza Sebastián Badía |
El intendente electo relativizó la “frialdad” con la que el oficialismo tomó su victoria y señaló que aguardará con paciencia la invitación a dialogar.
Una semana después de las elecciones municipales en Jesús María en las que se impuso la alianza Jesús María de todos, Luis Picat sigue esperando la llamada telefónica o la invitación protocolar del oficialismo para organizar cómo será la transición.
Su principal adversaria en la contienda electoral, Mariana Ispizua, dejó entrever que tiene seis meses por delante antes de entregar la ciudad y que no está en sus planes inmediatos recibir a su sucesor. En contraposición a eso, el gobernador Juan Schiaretti ya recibió a Picat en su despacho el pasado martes y deslizaron algunas líneas de trabajo común.
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Foto Gentileza Sebastián Badía |
Consultado el intendente electo respecto de la posibilidad de invitar a participar de su gobierno a algún/algunos funcionarios de la actual gestión, fue cauto: “Es parte de la conversación que nos debemos con la intendenta. Me gustaría saber sobre los programas que están llevando, conocer de aquellos programas que no conozco, y saber cuáles son los que se enlazan con nuestra propuesta, aquellos que deben tener continuidad. Seguramente que va a haber mucha gente valiosa para considerarla en la continuidad de los programas”.

Picat viene moviéndose, tras la elección, más como un ajedrecista que como un político de cuna. Sus declaraciones son prudentes, sin revanchismo, con una corrección política que parece exagerada y tolerando que algunos nuevos socios se arroguen el éxito de la elección del domingo 9.
No sólo que eso no le preocupa, sino que ya se está moviendo en las altas esferas gubernamentales para garantizar- se llegada a todos los ministerios provinciales y nacionales. Su paso por la presidencia de la Sociedad Rural le dio gimnasia en eso. Hacer lobby desde el sector agropecuario le dio frutos en el pasado y confía en que servirá para lo que viene.
“Cada uno aporta su grano de arena al objetivo, no quiero evaluar en este caso quién tiene más o menos peso. Tratamos de ser generosos y construir. A mí me toca liderar esto y desde esa función traté de darles espacio a todos”, apaciguó el intendente electo.

Una de las primeras medidas de Picat será declarar la emergencia ambiental y reiterar la solicitud al gobierno de Córdoba para financiar el saneamiento de la planta de tratamiento de efluentes cloacales. Ese convenio ya estaba firmado y era el gobierno nacional quien se comprometió, a través del BID. Se trata de una inversión de $ 250 millones.
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