Por: Marianela Tabbia (De nuestra redacción)
Mientras pensaban un abordaje integral sobre la discapacidad, diferentes especialistas descubrieron que no estaban solas y se fueron encontrando, aunando esfuerzos que se plasmaron, luego, en una asociación civil.
A pocos días de haberse presentado oficialmente en sociedad, Almas vienen creciendo en un espacio cedido por el municipio de Jesús María en calidad de préstamo.
En la Casa de Piedra, recientemente recuperada por la actual gestión en la calle Paso de los Reyes, funciona el taller de sublimación que comparten recursos con el Complejo para la Discapacidad (COPADI).
Hace un año y medio, inició el camino de un lugar que sería “una transformación de la discapacidad” en palabras de Gabriela Ciprian, fisioterapeuta y kinesióloga y presidenta de la incipiente institución.
Junto con Ana María Almada (psicopedagoga) y Miriam Miles (docente) explicaron cómo nació la iniciativa.
Multiplicar

Ir más allá, salir de las cuatro paredes. Ampliar la mirada de la terapia sumando actividades que permitan el vínculo con el otro. Ése es el eje de trabajo que guía el diario andar, hoy con el taller de sublimación, más delante llegarán el de cocina, jardinería y arte.
“La persona con discapacidad necesita fortalecer lo que esencialmente es de la naturaleza humana, que es lo social. Todo lo que sea en soledad, queda en soledad, no fortalece al individuo. Rescatamos ese aspecto, todas nosotras hemos coincidido plenamente en esa percepción”, manifestó Ana María.
Miriam, por su parte, rescató la importancia de estas experiencias: “Ellos pueden descubrir otras herramientas, otras posibilidades que en el consultorio no las tienen, por ejemplo, relacionarse con un grupo. Aprender con el par es otra vivencia. Creo que es muy importante el compromiso y tomar conciencia de que estos espacios hacen falta. Todos nos tenemos que involucrar para que esto pueda crecer desde la participación”.
En aumento

Los números que preocupan llegan además de la mano de enfermedades mentales como los accidentes cerebrovasculares (ACV), causados, entre otros factores, por el estrés y la presión arterial alta. Además, los trastornos conductuales, por ejemplo la psicosis, también se incrementaron.
“Las patologías psicológicas tienen una disposición genética pero el contexto influye. La crianza, la constitución familiar, las experiencias infantiles traumáticas, todos son factores que influyen”, aseguró la psicopedagoga.
Estos tiempos proponen nuevos desafíos que son complejos, pero no insuperables. El equipo no baja los brazos sino que se planteó metas a corto, mediano y largo plazo pensando en incorporar cada vez más alternativas a la oferta actual.

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