En 1882, el gobierno de Córdoba otorgó la concesión N° 119 a las estancias San Javier, La Florida y Santo Tomás para que tomen agua del río Jesús María y la conduzcan -mediante un canal a cielo abierto- a sus quintas.
Por desnivel, ese canal iba yendo en dirección suroeste-noreste y pasaba por lo que, en un futuro no muy lejano, sería la Villa de Jesús María.
Entre 1908/1909, los colonos que fundarían Colonia Vicente Agüero le compran los derechos de riego a la estancia Santo Tomás. Y serán esos colonos quienes, desde entonces y en adelante, promoverán mejoras en esa acequia para garantizarse mayor caudal para sus producciones frutihortícolas.
Así, en 1935, construyeron un túnel filtrante para captar agua a mayor profundidad y, en 1947, resolvieron ampliarlo y profundizar otro tramo de aquel túnel que existía en los alrededores del actual cuartel de Bomberos Voluntarios de Jesús María.

A medida que la ciudad fue creciendo, la acequia de 1882 se fue abovedando y quedando bajo tierra. Los documentos que obran en manos de funcionarios, vecinos, y organizaciones intermedias aseguran que los colonos hicieron bóveda subterránea en un tramo que superaría los 700 metros.
Uno de esos tramos pasa, precisamente, bajo el Club Social y hubo un intento del área de Patrimonio Municipal de darle relevancia mediante la colocación de un vidriado que permitiese verlo desde arriba, en la puerta de acceso Cástulo Peña de la Torre Céspedes.
Otro paso: la exploración

CIEU sugirió como primera medida reparar una filtración del desagüe cloacal de los baños del club Social que hoy caen hacia esa acequia. Luego, limpiar el túnel, retirar el colmatado hasta llegar al piso original y explorar el extremo este para hallar cómo continuaba la acequia y cómo se comunicaba con los baños subterráneos a los que abastecía de agua.
Ya en 2016, el área de Patrimonio municipal había anunciado su intención de sumar la acequia al conjunto que también incluye la centenaria Torre Céspedes y los baños subterráneos que pertenecieron a la familia de don Gabriel Céspedes y que también se alimentaban desde la acequia.
Pero ese proyecto se viene posponiendo y sigue en cartera, más allá de que no se frenó el trabajo de investigación sobre el sitio que encararon en conjunto Agustina Patiño, Carmen Moyano, Marianela Goi, Mariano Manrique, y Analía Cortés.
Esta semana, se conoció de que el municipio podría proceder a tareas de limpieza del “túnel” para una segunda inmersión de la fundación CIEU.

La inquietud por estos días tiene que ver, más que nada, con la suerte que corra la ciudad tras los comicios del 9 de junio. Ningún candidato, por el momento, se pronunció ni a favor ni en contra del proyecto.
La otra duda es cómo reaccionará el Club Social a los comicios y si permitirá que las futuras autoridades sigan gestionando el sitio para la ciudad, o si dará por concluido en acuerdo que, por estos días, es un acuerdo de palabra ya que el contrato original venció hace rato. Ojalá que no pierda el patrimonio ni se frustre la idea.
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