Durante los primeros 2-3 años de vida, es bastante común que los niños tengan enfermedades recurrentes y auto-limitadas, generalmente de causa viral, debido a que su sistema de defensas es inexperto.
Durante ese tiempo, el niño aún no pudo desarrollar su “memoria inmunológica” (el organismo recuerda y genera anticuerpos específicos para una determinada enfermedad), es decir, que pueden infectarse un sinnúmero de veces por los mismos gérmenes, explica el pediatra Diego Almada (M.P. 26466).
Es muy importante tratar de evitar la exposición a ellos, por ejemplo, en lugares cerrados. Situación que parece inevitable culturalmente, en estos tiempos que vivimos, en los que proliferan los jardines maternales, acota Almada y señala que con simples acciones se puede evitar el contagio de los gérmenes que las causan.
¿Cómo? Cumpliendo con las vacunas del calendario (generan los anticuerpos necesarios), cultivando la “Cultura del Lavado de Manos”, y cuidando no diseminar gérmenes a través de todas las secreciones corporales, que son por donde se transmiten de persona a persona.
Almada da ejemplos: aprender a toser o estornudar sobre el pliegue del codo; ventilar bien los lugares donde convivimos, y fundamentalmente evitar enviar un lactante/niño enfermo al jardín maternal/jardín o escuela. Y obviamente consultar con el médico de cabecera tempranamente, ante la aparición de los primeros síntomas, puntualiza. A continuación las enfermedades invernales más comunes.
Gripe

Neumonía
Es una enfermedad especialmente peligrosa en lactantes y niños. Se caracteriza por la infección de un segmento de los pulmones. A veces se origina tras una gripe, resfrío o bronquiolitis. Síntomas: fiebre alta, escalofríos, tos y dolor al respirar, con compromiso del estado general. La principal complicación de la neumonía es la insuficiencia respiratoria. Siempre, ante el menor síntoma, consultar al pediatra.Amigdalitis
Inflamación de las amígdalas a causa de un virus o bacteria. La infección también puede causar inflamación de la faringe (faringitis). Síntomas: enrojecimiento y aumento de las amígdalas, a veces con manchas blancas, y dolor en los ganglios, dificultad para comer, fiebre, ardor o dolor de cabeza y garganta, y en ocasiones pérdida de la voz.Faringitis
Inflamación de la faringe ocasionada por un virus o bacteria. Puede comenzar luego de un proceso infeccioso (gripe, resfrío o amigdalitis). En invierno son más frecuentes las faringitis de origen viral, mientras que las de tipo bacteriano suelen incrementarse en primavera.Bronquitis
Surge de la infección por virus o bacterias que provocan la inflamación aguda de los bronquios. Al inflamarse los bronquios la respiración se dificulta y las membranas que cubren las vías respiratorias producen mucosidades que provocan accesos de tos, dolor de pecho y sibilancias.Bronquiolitis

“Todas estas enfermedades son muy frecuentes y pueden ser leves, moderadas o graves. Siempre digo a los papás que es muy importante observar el estado general del lactante o del niño. La fiebre produce decaimiento que puede alternar con irritabilidad; si cuando ésta cede, el lactante o el niño es “el mismo de siempre”, está conectado, se ríe, responde de la misma forma, si juega y se alimenta, casi con seguridad ese cuadro va a pasar sin dejar otro rastro que fortalecer sus defensas. Pero si una vez que la fiebre baja, está retraído, no se conecta bien, (sigue con la mirada apagada), no tiene apetito ni recupera su fuerza y vitalidad, y tiene tendencia al sueño, tienen que consultar rápidamente, porque puede tratarse de un cuadro más complicado”, recomienda.
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