Por: Marianela Tabbia (De nuestra redacción)
Familias unidas por un diagnóstico. Ése fue el puntapié para que, en febrero de este año, comenzaran a funcionar servicios cuyo eje principal fuese el abordaje interdisciplinario del síndrome.
Ubicados en calle José Romanutti, el lugar cuenta con áreas de psicología, fonoaudiología, psicomotricidad, integración escolar y psicopedagogía. En la actualidad, reciben alrededor de 20 niños y adolescentes. El 18 de febrero, Día Internacional del Síndrome de Asperger, fue la fecha elegida para abrir las puertas del espacio.
Quienes anhelaron, lucharon y vienen llevando adelante este ambicioso pero tan necesario proyecto fueron las mamás del grupo Una mirada diferente. La asociación nació el 23 de marzo de 2016 y hoy está conformada por 44 familias no sólo de la zona sino también de localidades cercanas.

“Empezamos -enumeró- comprando elementos para una sala ocupacional. Hicimos rifas, empanadas, distintos eventos, el Concejo nos brindó ayuda. Una vez que tuvimos todos los elementos, pensamos por qué no concentrar en un solo lugar las terapias de los chicos y de allí surgió la idea el centro”.
Derribando muros

“La concientización tiene que ver con la visibilización y crear empatía con el trastorno. Es ir poco a poco eliminado las barreras que están puestas en las miradas, en el prejuicio, en el miedo, en evitar acercarnos o preguntar. Si vemos un nene haciendo un berrinche, no quedarnos con que es un nene caprichoso y no dudar si le estará pasando algo”, explicó Alma Raimondo, psicomotricista.
Cristina realizó una comparación: “Hay que pensar en que, si pudiera elegir, este niño no saldría corriendo por todos lados; si pudiera elegir, no gritaría; cuando escucha un ruido, no se taparía los oídos; si pudiera elegir, comería de todo, pero hay un síndrome. No es él, es su autismo. Mientras el resto de los niños neurotípicos juega, estos chicos pasan de terapia en terapia”.
Metas a futuro

Si bien es una iniciativa muy reciente y resta confirmarse, existen posibilidades de que la Universidad Católica de Córdoba firme un convenio para que alumnos avanzados de la carrera de Terapia Ocupacional puedan hacer prácticas en el lugar.
La Terapia Ocupacional es un área de formación muy requerida ya que posee áreas de trabajo de gran importancia para personas con autismo. Uno de los aportes lo resumió Alma: “los niños con autismo padecen de desórdenes sensoriales, la terapeuta ocupacional con especialidad en integración sensorial puede ver su perfil y, a partir de ahí, ver qué estímulos necesita y cuáles esquivar. Hay niños que se mueven mucho y necesitan correr todo el tiempo, entonces se le puede aconsejar una cama elástica, brindarle espacios amplios, hay otros niños que no toleran los ruidos fuertes”. A futuro, uno de los objetivos es disponer de un profesional capacitado en esa área para que se sume al equipo interdisciplinario en el espacio local.
Muy hermoso y muy lindo lo que hacen, felicitaciones!! desde formosa un saludo a ellos :)
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