Último momento
recent

El niño y el Jardín: ¿Cómo ayudarlo a que se adapte?


Por: Adriana Felici (Periodista - directora sección En Familia)

Nuestro hijo comienza el jardín de infantes. Se inicia una etapa que suele poner ansiosos, no sólo a los chicos sino a sus padres. A partir de ahora habrá cambios para todos: nuevas rutinas y hábitos; los chicos realizarán actividades diferentes y deberán seguir nuevas consignas; pero sobre todo conocerán adultos y niños nuevos y estarán fuera de su casa sin sus padres.
  Durante el tiempo que la maestra lo considere conveniente, mamá, papá o los abuelos los acompañarán para se adapten gradualmente. Algunos chicos llorarán y no se querrán quedar, mientras que otros parecerán haber nacido en la salita. ¿Cómo ayudarlos para que el proceso sea placentero y sencillo para todos? Antes que nada veamos algunas recomendaciones básicas de los expertos:

  • Hablar. Lo ideal es comenzar a conversar con el niño sobre el jardín de infantes unas semanas antes del inicio de clases. Referirles qué tipo de actividades van a hacer, hablarles de los nuevos amiguitos que tendrán, describirles cómo será la jornada escolar, enfatizando todo lo que tiene de positivo la etapa que comienza. Decirle el nombre de su maestra. 
  • Compartir. Preparar juntos los útiles requeridos por la maestra. Mostrárselos y contarles que con esos elementos y con ayuda de su maestra podrán hacer cosas hermosas. Permitirles que ayuden a armar su mochila y a organizar los elementos. 
  • Estar atentos. Observar sus reacciones y estados de ánimo: ver si sienten miedo, ansiedad, entusiasmo. Buscar la forma de contenerlos y darles la oportunidad de que expresen lo que sienten. Se los puede ayudar leyéndoles algún cuento centrado en la importancia de tener amiguitos y/o de aprender cosas nuevas. 
  • Organizarse. Si el niño va al Jardín a la mañana, despertarlo con tiempo para que no haya apuros ni mal humor. Si va por la tarde, procurar que almuerce temprano para que tampoco haya corridas.

El primer día: “Me quiero ir con vos” 

Es normal y esperable que el niño no quiera quedarse en el Jardín: es un lugar desconocido. Lo ideal es que conozcan antes el ámbito escolar, pero hay que tener en cuenta que aún así seguirá siendo un sitio en el que no estarán con sus padres. No es fácil. Al principio costará, pero es importante despedirlos con alegría, asegurarles que todo va a estar bien y, sobre todo, no reaccionar mal si  lloran y no se quieren quedar.

A la hora de despedirse: 


  • En camino. No llevarlos al Jardín en brazos sino caminando; de la mano. 
  • Comunicación. En el trayecto conversar sobre lo que va a ocurrir: “Vamos a entrar, vas a conocer a tu seño y a los otros chicos; mamá (o papá o los abuelos) se va a ir a hacer sus cosas y después te venimos a buscar. El niño debe comprender que no se lo abandona sino que sólo es por un período. 
  • Nunca irse sin despedirse. No “escaparse” mientras el niño está distraído: cuando note la ausencia sentirá temor y la adaptación podría dificultarse. 
  • Insistencia. Es muy posible que cuando nos despidamos el niño insista en que no nos vayamos. En estos casos conviene consultar con la maestra para ver cuándo considera que el chico ya está listo para quedarse solo. 
  • Breve. Además de alegre, la despedida debe ser rápida para no darle tanta trascendencia al momento de la separación. Evitar dramatismos, y sobre todo no decirle: “Ni se te ocurra llorar cuando te deje en el Jardín”.
  • Despedirse con una sonrisa. 

El rol de mamá y papá

Si los padres ven el ingreso al Jardín como algo positivo y natural, el niño se sentirá mucho más tranquilo y podrá aceptar separarse por un tiempo de ellos. 
Pero lo cierto es que esta nueva etapa puede generar ansiedad también en los padres, especialmente si se trata de un hijo único o del mayor. No es fácil aceptar que nuestro hijo se quedará varias horas a cargo de adultos casi desconocidos y sin tener información inmediata de lo que les pasa durante la jornada escolar. 
Consejos: 
  • Contenerlos para que esta etapa se supere rápidamente implica ser capaces identificar nuestras propias ansiedades y temores, y separarlas de las de los niños. Si éste percibe nuestras dudas y miedos no se sentirá seguro y no querrá quedarse en el Jardín.
  • Los expertos recomiendan que cuando a uno de los dos padres le cuesta más despegarse de su hijo, lo lleve el otro. O un abuelo.
  • ¿Y si llora? Es normal que llore y que no se quiera quedar, pero no hay que permitirles faltar porque lloran. Explicarles que ir al Jardín es su responsabilidad: “Yo tengo que trabajar (o hacer las compras y la comida) y vos tenés que ir al jardín. Después iremos a casa y jugaremos como todos los días”.
En realidad, cuando un niño ingresa al Jardín, ingresa a un sistema que lo acompañará durante muchos años. Ayudarlos a que tengan una buena adaptación 
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Con la tecnología de Blogger.