“Levanto una piedra y encuentro algo”. La frase pronunciada por el presidente de la Cooperativa de Servicios Públicos de Colonia Caroya y Jesús María, José Chalub, en la puerta de la Fiscalía de Instrucción lo sugiere todo.
Aunque forma parte del Consejo de Administración desde hace algunos años, se excusó por desconocer el funcionamiento de la entidad señalando que la “mesa chica” nunca respondía a las demandas de información, que todo se resolvía en reuniones de entre media y una hora semanal, y que les apremiaba más ir a comer las míticas bacanales que se daban los consejeros.
Pero, desde que está a cargo, Chalub no quiso ser una figura decorativa y se puso a indagar qué es lo que había detrás de cada servicio e inversión hecha por la Cooperativa. Y no le gustó lo que encontró y no le gusta lo que sigue encontrando.
La denuncia penal que presentó ante el fiscal Guillermo Monti, acompañado por el abogado patrocinante Marcos Pereira, encendió los ánimos. Al día siguiente, una pequeña embajada de compañeros de consejo le fue a pedir que se retracte de lo dicho. Según varía el narrador, dicen que hasta le habrían pedido que retire la demanda penal (cosa que no se puede hacer, desde luego).
Molesto con lo que interpretó Chalub era un apriete, decidió presentar la renuncia. Hasta ese entonces, su postura era minoría en el Consejo de Administración. Sus opositores querían aceptarle la renuncia y lo intentaron en dos oportunidades, pero la presión de los asociados que hicieron dos “puebladas” frente al edificio central, más la posición de los consejeros que sí estaban con Chalub, lograron frenarla.
Se invirtió la relación de fuerzas
Y con el ingreso de dos consejeros suplentes “leales” a Chalub se invirtió la relación de fuerzas y los “opositores” quedaron en minoría y señalados por los socios.
Porque en la concentración del miércoles por la noche, se presentó un escrito en el que se pide la renuncia de los consejeros que no coincidan con Chalub.
En ese bando quedaron el expresidente Omar Fantini, los consejeros Carlos Blati, Segundo Brollo, y Héctor Seculini, y el exsíndico Hugo Peralta. Ninguno de ellos, por el momento, dio muestras de querer dimitir.
Más allá del momento financiero complejo que tiene la Cooperativa, vale destacar que la reacción de los asociados no se relaciona con alguna deuda sino en contra de una forma de administrar que, durante muchos años, estuvo de espaldas a la gente.
El comportamiento de los exdirectivos frente a bienes que son de “todos” no fue el adecuado. Y muchas de sus actitudes altaneras, soberbias, rayanas con el maltrato parecen estar dándose vuelta.
Para Chalub, el desafío es ir a fondo, realizar la cirugía mayor, modificar los estatutos, y demostrar que existe una forma diferente de administrar y de devolver la confianza perdida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario