En el capítulo anterior (cual serie televisiva de los años 1970) habían quedado señalados con el dedo como los “malos de la película” un grupo de consejeros (Omar Fantini, Héctor Seculini, Carlos Blati, Segundo Brollo) y el exsíndico Hugo Peralta.
La solicitud unánime en las asambleas espontáneas de asociados frente a la sede de la Cooperativa exigía que se vayan los opositores a la actual conducción. Pero en la vida de la institución manda la otra asamblea, la de delegados, y ésa optó por una solución salomónica: excepto que en una asamblea extraordinaria se resuelva pedir la renuncia de algunos o de todos los consejeros, no se va nadie.
Y los delegados pidieron, además, que ambos bandos hagan un esfuerzo sobre humano para sacar a la Cooperativa de esta crisis político-institucional.
Sin el respaldo que esperaban, tanto el presidente José Chalub como sus contrincantes, expresaron que la “tregua” estaba en marcha.
Desordenada, sí; fundida, no

De ese intercambio quedó claro que la entidad tiene un respaldo de alrededor de $ 150 millones, si se cuentan unos plazos fijos en dólares y la existencia de lotes en Jesús María y Sinsacate.
“No está fundida, ni quebrada, ni con déficit”, dijeron y se defendieron con el tajante: “No somos: ni indignos, ni mafiosos, ni corruptos, ni delincuentes. Somos personas honestas, que damos la cara y podemos caminar libremente por la calle. Y quedamos a entera disposición de la justicia”.
Momentos después...
El presidente José Chalub salió tras la reunión de delegados del lunes por la noche con un mensaje conciliador que no fue interpretado con ánimo por los asociados. Por eso, tuvo que aclarar en su Facebook cómo sigue todo: “Algunas personas confundieron mi actitud más pasiva frente a los medios como mi abandono en esta tarea que he emprendido, pero lejos de eso sigo trabajando a través de la única forma de llegar al esclarecimiento de la verdad: aportando más pruebas a la Fiscalía para que dé con los responsables”.La hora de la demanda
Como era de suponerse, finalmente se conoció que el exgerente Javier Foresi inició una demanda laboral en contra de la Cooperativa por un monto de $25,6 millones. Al reclamo de un sueldo por cada año de servicio, más el resto de los ítems habituales, Foresi le añadió la figura del daño moral.Para Chalub, si no sirviesen los argumentos por haberlo despedido con causa, la indemnización debería orillar entre los $ 6 y $ 9 millones.
Poco y nada para el fiscal
Si no aparece un “cuaderno” o un “arrepentido”, ninguna de las pruebas que le acercaron al fiscal Guillermo Monti alcanza para que convierta en “sospechoso” a ningún empleado, exempleado, directivo, o exdirectivo de la Cooperativa.A lo sumo, podrá demostrar con esa carga probatoria alguna impericia que podría dar origen a un reclamo en la barandilla del frente de la Fiscalía, esto es, en el Juzgado Civil. Probar un delito será una tarea titánica.
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