Pero mientras fue juez de falta -durante los gobiernos de Rodolfo Visintín y Luis Grión- debió mantenerse equidistante de cualquier tipo de militancia para poder cumplir con independencia su función.
“Trabajé con ese pensamiento todo lo que pude y eso me valió, incluso, algún enfrentamiento con el gobierno de turno. Aclaro que no fui a ofrecerme para el cargo, sino que me lo ofrecieron. Y antes de aceptar fui a consultar con otras personas a las que les pregunté si me consideraban idóneo. Mientras estuve traté de ser muy responsable con mi tarea. Salir airoso de un cargo así no es poca cosa”, señaló sobre esa función.

Este abogado de 39 años se muestra tranquilo frente a la histórica interna que viene teniendo el centenario partido en Caroya y asegura que tiene diálogo con la mayoría de los núcleos internos y de los exintendentes y funcionarios.
Sumar para cambiar
“Después de algunas reuiones, también planteé mis ideas, mi postura. Yo me sumaba para sumar, les dije, no para dividir. Si estábamos todos de acuerdo, teníamos que ir todos juntos y limar las asperezas que podrían haber quedado de antes. Pero también hice el planteo de que tenía que haber una renovación”, explicó Peralta Cruz sobre la negociación que terminó con su postulación.
El exjuez de faltas explicó que no tenía interés en atravesar una interna partidaria porque, desde su punto de vista, en una comunidad pequeña eso resta y divide a los militantes.
“Si había otro candidato mejor o igual o con más consenso, bienvenido sea, yo iba detrás de él, colaboraba, iba como concejal o no era nada. No es que yo quería ser candidato a intendente o no era nada. Nos hemos juntado con la gente de Grión, de Ñáñez, con Rodi Visintín, con Ducló, con Fantini, y muchos referentes y estamos todos de acuerdo, pechando para el mismo lado, todos unidos, incluso con el PRO”, concluyó.
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