
Duki pasó por Jesús María y dejó tras de sí una imagen penosa. Es la historia de un marginal que escaló alto en el mundo del “trap” y a quien el repentino acceso a recursos económicos lo hizo ir por el lado de satisfacer cualquier exceso, sin límites.
Para nadie es noticia que consume todo tipo de drogas y, de hecho, se ufana de esa vida de excesos en sus redes sociales. No tiene relación alguna con los periodistas ni con los medios de comunicación y solamente el año pasado aceptó ser entrevistado por la revista Rolling Stone en su versión argentina.
No tiene grabado ningún disco y su lógica de distribución de lo que hace musicalmente tiene que ver con las redes sociales más grandes como youtube o spotify.

Take off, pop it up/Pup it up, pup it up, pipi/Tengo pastillita ''Lost Boys'', voy tripping/Tengo mis amigos como Billy/Robando en el oeste por un poco de millie/No sé cúanto tomé (¿eh, eh?)/No sé cúanto gasté (¿eh, eh?)/Sólo tengo Xanax, con esto me sana todo lo que me golpeé (¿eh, eh?)/Valium, Xanax, Clona, Alplax/Bitches, plata/Yo deportivo Kappa/Dopado con la piel amarilla, debe ser por la pastilla/Dopado con la piel amarilla, debe ser por la pastilla”.

Entonces, una contradicción tremenda traer a un ¿artista? ¿músico? que, por una parte, te ayuda a vender más entradas y ganar más utilidades para las escuelas y, por otro, distribuir las utilidades en esas escuelas para que combatan mensajes tan perniciosos como esos todo el año en clases.
Y no es un ataque contra el “trap” como género, cuyo crecimiento hay que reconocer. Tampoco es un ataque contra los “traperos” porque existen otros casos de artistas que compusieron dentro de ese estilo y que vale la pena resaltar. De hecho, el último disco de Dante Spinetta tiene al trap como leit motif.
El mismo Paulo Londra, cordobés de Villa María, también hace trap y sus letras van por otro lado.
Para muestra un botón

Después, se confirmó, terminó absoluamente pasado de sustancias en las márgenes del río Guanusacate, del lado de barrio Las Vertientes, y fue rescatado por un grupo de chicos y salvado de la policía que acudía al lugar alertado por los vecinos.
Se lo llevaron hasta un camping donde se amaneció. En las fotos que los chicos se sacaron con Duki es elocuente el estado en que se encontraba.
Todo esto a menos de 13 horas de su presentación en el escenario Martín Fierro. Por lo explícito de sus letras, el evento debió prohibírsele a menores de 12 años, pero en la noche del lunes estaba repleto de niños.
Pero si el señor presi solo ve lo que va a facturar!!! De q se sorprenden. Ahora hacen está columna.? Antes de q actuará no sabían quién era? No sabían el contenido de sus letras?( bastante repletas de mediocridad) ahora se preocuparon por los niños que entraron y no en hacer un control más exhaustivo en el ingreso!?... Otro año más q la edición de nuestro festival queda entre sombras y críticas algo q no es de asombrarse cuando sigue la conducción de mamarrachos....
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