La ciudad se trastroca. Es decir, muestra un sentido nuevo de utilización de sus espacios abiertos y sociales.
Con tiempo y placer, camino hacia el este por el bulevar Agüero. Cruzo la ruta 9 y estoy en el shoping. Construcción que tiene como principal representante al super-market Mariano Max.
Observo los diversos movimientos que muestra: Un nuevo espacio céntrico se ha instalado.
Son los “nuevos centros” que se van habilitando en las actuales sociedades que requieren de espacios concentrados y vigilados. Son, sin duda, lugares que aparentan que todos los habitantes pueden ser iguales.
Todo está concentrado allí. Para mirar, desear y consumir. Por supuesto “para afuera”.
Antes de mi “recorrida” me acerco a Tranway a tomar un cortado clásico, siempre con la atención (en este turno) de Fabricio Monges, Gonzalo Acosta y Fabián Figueroa. Cordiales y atentos entrecruzo comentarios… Luego comienzo a caminar y lo que me va a llamar la atención es que encuentro ¡Una Librería!
Sí, me dije. Para consumir en “nuestro interior”.
Me acerco al lugar, observo su vidriera y pienso que en toda casa tendría que haber una biblioteca con libros. Son “presencias de personas” que las hemos elegido nosotros. Es un hogar con más calidez.

Nadia Cisneros y Verónica Pazos, cálidas mujeres, responden ante mi pregunta: ¿Cómo decidieron, en un tiempo donde detenerse un instante a leer, es “perder el tiempo”…y ante los cambiantes giros económicos?
Nadia y Verónica coinciden en la importancia de la lectura para crecer, hablar, escribir.
Ambas lo pensaron, lo plantearon en sus familias y todos estuvieron de acuerdo, que el intento saldría adelante.
Las sociedades avanzan en zig-zag, pero no pueden prescindir de la escritura de sus hechos. Sin ella, no habría desarrollo político, económico y cultural. Las nuevas generaciones no se enamoran de los libros de papel.
Pero ante sociedades que están produciendo en los jóvenes problemas auditivos, visuales y orales, con tanto exceso de tecnología, debemos enseñar que la carencia de lectura en silencio y usos de las manos para contener y abrazar historias nos distancian de las emociones, de la imaginación para crear y de las miradas que nos contienen y nos hacen Ser.

En medio de tanta oferta y demanda, PAPIROS es un pequeño oasis. El conocimiento es un alimento muy saludable. Te hace perder prejuicios y te libera de prisiones que crean los mandatos.
Acabo de comprar el libro de Lutereau, “Más crianza, menos terapia. Ser padres en el siglo XXI”. Como el tiempo no se rescata y no se puede comprar, decido saborear de otra pausa-café, en Tranway, junto a la lectura del libro.
Ahora están Belén Sanier y Denis Salas, a ellos, gracias por su atención y cordialidad en mis pausas cotidianas…
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