Por: Marianela Tabbia (De nuestra redacción)
La noche acompañó en su esplendor por lo que la atención y las miradas siempre estuvieron enfocadas en lo alto. El Museo Jesuítico continúa estrechando lazos con otras instituciones y como resultado de ello, vienen proponiendo diversas charlas sobre los más variados temas. En esta ocasión, el museo de la Escuela Normal Superior Dr. Agustín Garzón Agulla compartió uno de sus talleres recientes sobre astronomía.
Admirando el cielo
El espectáculo nocturno varía según la época del año. Colazzo relató cómo con los talleres dictados a alumnos y vecinos de la escuela, llevaron a cabo un interesante proyecto: “En el invierno estuvimos viendo el planeta Venus, fuimos siguiendo una serie de fases. Ése fue todo el proceso que utilizó Galileo Galilei, el primero que observó este objeto con un telescopio. Eso le sirvió para argumentar lo que Copérnico no pudo porque no disponía de estos instrumentos y así fundamentó la ley de la Teoría Heliocéntrica. Entonces hemos recreado un poco con la observación lo que en los primeros años del 1600 Galileo hizo”.
A la hora de analizar por qué este tipo de actividades despiertan tanto interés, aseguró: “Cuando uno en la oscuridad y el silencio medita en lo que es la dimensión del universo, realmente estremece y a veces te diría que es terapéutico en el sentido de que nos hace sentir lo suficientemente pequeños para recordarnos de que tomamos las cosas como si fuéramos demasiado importantes. La razón por la que atrae tanto es porque al levantar la vista al cielo, te reencontras con algo que los hábitos y las costumbres de la vida cotidiana nos han sacado”.
Rescate del olvido
“En estos ya casi 13 años de intenso trabajo de campo en todo el norte y buena parte de la provincia de Córdoba, nos han compartido historias sobre ritos maravillosos o prácticas mágicas sobre cómo curar ciertas afecciones mirando la luna o la interpretación sobre la vía láctea que todavía nuestros abuelos le dicen río del cielo, casi en traducción directa a tanto conceptos que tienen que ver con los pueblos originarios. Río del cielo o willkamayu para el mundo incaico o el mundo andino y otras denominaciones”, sintetizó.
Al finalizar, trajo a memoria una historia de su infancia: “¿cuántos de nosotros hemos dormido a la noche afuera cuando hacía calor? Yo nací en la ciudad de Córdoba y mi abuelo que recorría el norte de la provincia con el ferrocarril, recogía muchos de estos saberes”. Y añadió: “En las noches de calor en Alta Córdoba, cuando dormíamos afuera él levantaba el dedo índice y empezaba a decirnos ‘hay un viejo en Deán Funes que lo escuché decir que las siete cabritas, son seis en realidad porque hay un león que come una de las cabritas’. Lo cuento así y parece algo inventado por los viejos de antes pero cuando empezás a investigar, eso es la punta del iceberg de un mito sumamente antiguo que está documentado en un montón de culturas de aquí en la zona”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario