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Atención: los perros y gatos también pueden tener diabetes

Igual que los humanos, los perros y gatos, pueden sufrir diabetes.

No se conoce exactamente la causa (podría ser autoinmune), pero esta enfermedad puede producirse a raíz de un daño al páncreas ya que este órgano es el que sintetiza la insulina.
También puede deberse a una falla en el transporte de la insulina, y en otros casos la alteración puede venir por una falla en la sensibilidad del tejido a la insulina, como es en el caso de animales obesos o aquellos que han sido sometidos a extensos tratamientos con glucocorticoides, nos dicen las veterinarias Josefina Dominchin y Karina Capellino, nuevas titulares de Veterinaria San Cayetano, y puntualizan que los perros de mediana y avanzada edad son especialmente susceptibles a esta enfermedad, y en el caso de los gatos, los caseros son los más propensos a sufrirla. 

Síntomas
Los signos de diabetes son los típicos de la hiperglucemia:

  • Orinar y beber con mucha frecuencia.
  • Tener más apetito de lo habitual.
  • Pérdida de peso. 
  • Letargia, desgano. 
  • Ceguera repentina (por cataratas asociadas) 

Cualquiera de estos signos en nuestra mascota impone una consulta urgente con el veterinario de confianza. Para diagnosticar la enfermedad, además de considerar la sintomatología, se deben realizar análisis de sangre y de orina para determinar los niveles de glucosa, apuntan las médicas. 

Tratamiento
De confirmarse el diagnóstico de diabetes, el profesional indicará un tratamiento farmacológico y cambios en ciertos hábitos. El tratamiento –explican- se basa en 3 pilares fundamentales que deben seguirse de por vida: aplicación de insulina, dieta (alimento balanceado rico en fibra e hidratos de carbono complejos y bajos en grasa) y ejercicio físico. En perras siempre se recomienda la esterilización ya que así se puede controlar mejor la enfermedad. El tratamiento se completa, por supuesto, con controles veterinarios periódicos.

Alerta rojo
En un perro diabético los siguientes son signos de alarma ya que pueden indicar una descompensación grave:

  • Sed y micción excesivas por más de 3 días.
  • Debilidad. 
  • Ceguera 
  • Letargo.
  • Convulsiones.
  • Temblores.
  • Contracciones musculares.
  • Disminución/ pérdida del apetito.
  • Cambios en el comportamiento.
  • Signos de dolor.
  • Estreñimiento, diarrea o vómitos.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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