Muchas adolescentes consideran “normal”, y hasta deseable, que sus novios las controlen, y algunas hasta toleran que las humillen o amenacen. Esto deja en claro no sólo que estamos hablando de violencia psicológica, sino de una conducta lamentablemente naturalizada. La Mesa Juvenil del Grupo Sí, Mujer de Jesús María busca crear conciencia de que amor no es sinónimo de control ni de violencia.
De adolescente, mis hermanos me trataban de puta porque tenía más amigos varones que mujeres. Que me pasaran a buscar en auto era motivo para que me pusieran esa etiqueta. De más grande, en la relación de noviazgo que viví y con quien hoy tengo una hija, sufrí violencia de género. Siento y sé que terminé en una relación violenta porque me influyó aquello que me decían en mi propia familia... Me disminuyeron; me hicieron sentir menos por ser mujer. Y eso invisible, que son sólo palabras, influyen mucho. Este testimonio de una integrante adolescente del grupo Sí Mujer es sólo una muestra de lo que viven decenas de adolescentes a causa de una violencia psicológica que puede ser antesala de violencia física.
# Mi novio no me dejaba cuidarme (en las relaciones sexuales). Decía que si yo tomaba anticonceptivos podía estar con cualquiera.
# Me controla porque es más grande que yo, así que sabe lo que es mejor para mí.
# Él sabe cómo piensan los hombres, así que no me deja tener amigos varones.
# Si no te cela no es amor, por qué sino… ¿cómo vas a saber que te quiere?
# Mi papá dice que él lo entiende a mi novio porque a él le pasaba con mi mamá.
# No le escondo nada, ¿por qué no le voy a mostrar mi celu?
Estas confesiones, de adolescentes entre 13 y 18 años, no hacen más que refrendar las preocupantes estadísticas: en 2013, 720 alumnos de todas las escuelas secundarias de Jesús María (públicas y privadas; chicos de 4º a 6º año) respondieron una encuesta elaborada por la Dinaf (Dirección Dirección de niñez, adolescencia y familia de la Municipalidad de Jesús María) sobre violencia en el noviazgo, y estos fueron los resultados:
• 46% reconoció que su novio había accedido a sus cuentas de mail, redes sociales o teléfono;
• 39% admitió haber sido alguna vez humillada, ignorada o insultada por su pareja;
• 18% recibió amenazas de daño;
• 76% sufrió violencia psicológica al menos una vez.
Datos fríos pero contundentes que motivaron a un grupo de mujeres de Jesús María a juntarse para trabajar esta problemática. Se trata del grupo Sí Mujer, cuyas referentes principales son Anahí Rodríguez y Paola Acuña (27, víctimas de violencia de género) y Claudia Bazán (mamá de María José Urbaneja, asesinada en Totoral por su ex pareja en 2012). De este grupo se desprende una Mesa juvenil - apoyada por los Municipios de Jesús María, Colonia Caroya, Sinsacate y Totoral- conformada -por ahora- por 6 adolescentes de distintas escuelas.
La génesis
La Mesa Juvenil
La mesa juvenil convoca a sumarse a chicas de 3º a 6º año (aproximadamente) de secundaria. Contacto: 03525- 15415214
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