La campaña agropecuaria 2017/ 2018 se viene caracterizando por un sostenido déficit hídrico, que se agravó durante los tres primeros meses del año, con precipitaciones muy por debajo de los datos históricos, lo que ya repercutió en pérdidas irrecuperables para el sector agrícola ganadero.
El promedio de los últimos 100 años de lluvias para el primer trimestre siempre alcanzaba los 250 milímetros, pero este año solamente llovieron 121 milímetros en ese período. Si se contempla el período que fue desde octubre de 2017 a marzo de 2018, el déficit comparado con la última centuria es de 317 milímetros.
La sequía ya está impactando de forma perjudicial en el periodo crítico de los cultivos en pie e impedirá garantizar reservas forrajeras para cubrir demandas ganaderas en el corto plazo.
Por otro lado, la soja sembrada a mediados de noviembre soja y el maíz de diciembre maíz también se encuentran en muy mal estado y con rindes muy por debajo de los esperados. Pudieron observarse sojas de poco desarrollo, pocos entrenudos y muy poco ramificadas, vainas con dos granos generalmente, y maíces de poco desarrollo de planta, de 1,2 a 1,8 metro de altura, con pocos granos, espigas cortas, mal polinizadas y cuajadas.
la expectativa de rendimiento continúa en un 40 % por debajo de los promedios según zona y cultivo. La cosecha se adelantó más de 20 días en varios campos y los rindes de lotes ya cosechados y de estimados van de 4 a 26 qq/ha en soja y de 30 a 70 qq/ha en maíz.
Se sabe que la condición corporal al parto y el nivel nutricional durante el servicio determinan la fertilidad de los vientres, con lo cual debería entrar al otoño con una condición corporal de 7, cuestión que no será factible ante el contexto actual de sequía y que no tiene visos de resolverse este otoño.
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