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¿Qué vas a hacer cuando termines el secundario?

Por: Adriana Felici (Periodista - directora sección En Familia)

Ya en quinto año los chicos comienzan a escuchar de manera cada vez más repetitiva preguntas del estilo de… “¿Qué carrera vas a seguir?“, “¿Pensás seguir estudiando?”, “¿Vas a trabajar?”, “¿Vas a estudiar y trabajar?”. Estas preguntas proceden del exterior -mamá, papá, abuela, profesores y otros allegados- pero también provienen del interior de su ser. Son preguntas que muchas veces aún no tienen respuesta, dice con realismo la psicopedagoga Marcela Patat (M.P.13-0886) y subraya que es imprescindible que sea el propio adolescente quien tenga la libertad de buscar esa respuesta. Porque en esta búsqueda del hacer se juega su propio ser. Parece un juego de palabras pero es mucho más que eso –explica la profesional- ya que al elegir la carrera a seguir; la profesión en la que cada uno quiere formarse el trabajo al que quiere dedicarse, el sujeto pone en juego su ser, conectándose con su propio deseo para que sea una elección válida que le permita transitar los vericuetos del camino hacia la meta. Es el camino del trabajo que a veces es tranquilo, sin muchos obstáculos, pero que en la mayoría de los casos tiene algunas curvas o desniveles. Y es el propio deseo el que nos fortalece para seguir andando.

La elección
La psicopedagoga observa que en la mayoría de los casos el adolescente debe elegir en un momento en que tiene muchas cosas por resolver en su interior. Es un interior que está en plena ebullición, remarca, y puntualiza que elegir siempre implica un desafío porque exige dejar de lado otras opciones para quedarnos con una. Mucho más lo es la elección de carrera o trabajo –prosigue- ya que implica el paso inicial de un proyecto de vida que debe aunar una variedad de condiciones donde se entrecrucen gustos, intereses, capacidades, posibilidades económicas, salida laboral y otras tantas más. Elaborar un proyecto personal de vida pone en juego la dinámica emergente entre el “quien soy” y “qué hago”, y entre el “quién quisiera ser”. Implica anticipar situaciones futuras e involucra procesos afectivos e intelectuales que en la adolescencia se encuentran vulnerables por tratarse de una etapa en la que se produce la crisis de identidad más importante del desarrollo, enfatiza. Y al mismo tiempo rescata la gran oportunidad que significa poder elegir qué quiero hacer; algo que no en todos los tiempos fue así. Por ello –dice- es importante acompañarlos en esta apasionante búsqueda.

Una responsabilidad
Frente a esta realidad, caracterizada por cambios e inestabilidad, surge la necesidad de generar un espacio de orientación y acompañamiento vocacional que permita a los jóvenes transitar la construcción de un camino de vida cargado de sentido, valores e ideales, remarca la profesional y explica que el proceso de orientación vocacional se organiza alrededor de un objetivo explícito, promoviendo que el joven construya su propio proyecto de vida, aunque no exclusivamente en el área del trabajo y/o el estudio. La orientación vocacional es un proceso en el cual el joven aprende a elegir. El objetivo fundamental es propiciar una actitud de aprehensión de la realidad que responda a su propio proyecto de vida, pudiendo reflexionar sobre los factores que inciden en la toma de decisión para la construcción del mismo, observa Patat, y redondeando apunta que es fundamental tener presente que más que elegir una carrera lo que el joven está eligiendo es un futuro y forma de vida.

Autoconocimiento y estrategias
Objetivos fundamentales del Proceso de Orientación Vocacional- Ocupacional:
  • Brindar un espacio de auto-reflexión que permita revisar críticamente ideas, creencias y mitos relacionados con las vivencias adolescentes, la vocación, profesiones, ocupaciones y proyectos de vida.
  • Promover el reconocimiento de identidad personal y social a partir de la reflexión de su propia historia personal y colectiva, valores, aspiraciones, deseos, intereses, limitaciones, recursos personales y materiales.
  • Propiciar la adquisición de herramientas que faciliten la inserción en los estudios superiores y en el ámbito laboral.
  • Coordinar actividades desde la empatía y la flexibilidad que permitan adaptar la propuesta a las necesidades y situaciones vitales de cada joven.
El Proceso de orientación vocacional ocupacional  abarca varias etapas que implican autoconocimiento, estrategias de búsqueda y presentación, información de las carreras, etc. Este espacio se va construyendo con el mismo orientado, que como protagonista, y desde su propio deseo, va marcando el rumbo. Los profesionales orientadores ayudamos a dilucidar, a poner luz, para que el orientado pueda elegir más acertadamente, detalla la psicopedagoga Marcela Patat. 
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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