Por: Marianela Tabbia (De nuestra redacción)
Una mujer que marcó una época cuyos frutos le permitieron que hoy Colonia Caroya tenga una biblioteca y una calle en su homenaje. El espacio cultural celebró este fin de semana cuatro décadas de vida desde aquel primer centenario de la ciudad que motivó a Beatriz Coseani a crear un lugar para la lectura que disfrutara toda la comunidad.
A la hora de planificar actividades para el cumpleaños, su coordinadora Liliana Londero sintió la necesidad de recordar a uno de los tantos personajes de la historia caroyense: “Cuando se crea la biblioteca que fue el 10 de marzo de 1978 surge como iniciativa de la comisión y el nombre específicamente sale de Betty Coseani. Entonces en el acta de creación dice ‘en homenaje a la que fuera primera maestra que había enseñado a los hijos de inmigrantes y que no cobraba remuneración por ese trabajo’”.
Este sábado se compartió un fragmento del documental que luego tendrá un evento exclusivo para su exhibición el 21 de abril próximo. Para llevarlo a cabo se realizaron una serie de entrevistas a personas que tienen algún vínculo con Filomena, imágenes y algunos detalles que se están definiendo. Quienes trajeron sus memorias para la ocasión fueron Ofelia Canale, Alfredo Rossi, Lucía Rossi, Marta Canale, Carlos Rossi y Marta Copetti.
En total tendrá una duración aproximada de una hora en la cual no solo se conocerá a la pionera de la educación de la ciudad sino también se podrán apreciar retratos de la época a través de las costumbres, paisajes y desafíos de los primeros colonos que llegaron a Colonia Caroya.
Páginas de historia

“A la distancia siempre estuve esta búsqueda pero no lo sabía. Siempre me preguntaba por qué le pusieron ese nombre, por que empezó a dar clases, qué es lo que ella sabía (…) la escuchaba nombrar desde chiquita en mi casa. Entonces, más grande descubrí que los papeles dicen más cosas de las que están escritas”, reflexionó.
Filomena Rossi nació en Cividale (Udine), el 10 de setiembre de 1854. Ya siendo una joven viajó con su familia desde Italia hacia Argentina en diciembre de 1875 y arribó a las nuevas tierras en enero de 1876. En el nuevo hogar comenzó a dar clases a los niños recién llegados como ella, actividad que la hizo reconocida en la zona.
Más tarde se casó con Pablo Messi con quien tuvo a dos hijas: Gilda y Paulina. Domingo, su único varón nació años antes. Luego, se instaló en Tucumán pero viajaba constantemente a Colonia Caroya. A la edad de 68 años, murió el 6 de septiembre de 1922.
“En síntesis, descubrí o reafirmé la personalidad de Filomena porque yo me imaginaba que no tenía que ser común, igual a las demás. Algo diferente debe haber tenido y, en realidad, sí, con hechos de su vida que no fue nada más que dar clases a los niños. Esas decisiones que tomó en su vida fueron de personas con mucho carácter o coraje”, sostuvo Lucía.
En cuanto al género femenino en la historia ambas coinciden en que hubo muchas “Filomenas” a lo largo del tiempo: “me parece que en la Colonia hubo otras mujeres como ella, hay otras pero siempre se las reconoce a la distancia”. Por su parte, Liliana acotó: “Si cada uno se pone a investigar la vida de cualquier persona, es infinito lo que uno encuentra porque todas las personas tienen una vida interesante, pero algunas logran verse fuera de su casa y otras no”.
Y añadió sobre los primeros registros que existen sobre colonos: “Cuando vemos la lista de inmigrantes son todos hombres, no hay ninguna mujer. O lo hombres vinieron todos solos o las mujeres estaban detrás del hombre sin importancia”.
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