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Qué hace un “reservado” durante el Festival de Jesús María

Algunos pasan el día en la Sociedad Rural. No se utilizan los mismos animales todas las noches. Los dueños se defienden de las acusaciones por maltrato.

Por: Noelia Maldonado 

Fuente: La Voz del Interior, suplemento VOS

Alberto Fossatti silba y de repente unos 30 caballos se le acercan y lo rodean. Parecen mansos y de hecho lo son, lo único que los diferencia de otros es que no se dejan montar.
Este hombre de campo de 37 años recorre el país con los animales de su tropilla llamada La Saladeña del Sauce en honor a su lugar de origen, Sauce Viejo provincia de Santa Fe.
Fossatti defiende de forma muy calma su actividad y cuando se le consulta sobre maltrato animal en Jesús María niega con su vocabulario campero todo tipo de abusos.
La Saladeña del sauce tuvo su noche en la doma del anfiteatro José Hernández el domingo y repetirá el sábado en una jornada más que esperada muy cerca del cierre del Festival.
Los caballos se encuentran separados en dos grandes grupos divididos por afinidad ya muchas veces entre ellos intentan lastimarse. Ocupan parte del predio de la Sociedad Rural de Jesús María y cuando el festival termine volverán a su campo o seguirán de gira por algún que otro festival.
El cuidado
Consultado específicamente sobre los cuidados que se tienen con estos tipos de animales, Fossatti responde que  su preocupación máxima es la sanidad, por eso los alimentan “bien” les dan vitaminas para que estén “fuertes y tranquilos”.
Además se defiende las acusaciones que dicen que a los caballos se los lastima para que sean más bravos a la hora de la doma. “Esas son cosas que se hablan. Nosotros en lugar de hacerle alguna herejía al caballo lo tratamos como a un humano”, dice pausadamente el tropillero.
Sobre las denuncias por heridas de los animales asegura que “es muy raro” que los caballos o las yeguas vuelvan lastimados por la noche de la jineteada y agrega: “de todos mis caballos el domingo a la noche llevamos 14 y no hay ninguno que haya vuelto con una lastimadura. Las espuelas de Jesús María son distintas y no lastiman al animal”.
La jornada de alguien de su actividad comienza temprano con la rutina típica del campo, aunque en épocas de festival las noches se hacen largas y el día comienza recién a media mañana cuando se encargan de alimentar y darle agua a los protagonistas de la jineteada.

El lado económico
En palabras de Fossatti, mantener cada caballo en óptimas condiciones es muy costoso y a veces “se hace muy difícil". “El mantenimiento de este tipo de caballos es muy caro. Hoy es difícil darle de comer a 30 ó 40 caballos de este tipo porque además hay que hacerle todas las libretas sanitarias y las vacunaciones. Un solo caballo come de seis a ocho kilos de ración”, explica.
Consultado sobre cuántos años se puede tener a un equino en esta actividad, el tropillero responde que no hay un momento para retirarlos, es decir que desde los tres años hasta pasados los 25 un caballo sirve para la doma. 
Por último vuelve a salir el tema de la doma y el tropillero lanza palabras derivadas de su filosofía de vida: “Sí, me ha pasado que se me han golpeado algunos caballos en la doma, pero eso no significa que uno los está maltratando. Es el destino de cada animal, como es el destino de cada cristiano”.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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