Por: Marianela Tabbia (De nuestra redacción)
Empresario y padre de familia. Reparte el tiempo entre su esposa Roxana y los cuatro hijos de ambos con el negocio familiar que ya lleva 16 años. Sin embargo, siempre encuentra un momento para su pasión: viajar.
A los 14 años empezó a manejar camiones lo que permitió desde joven conocer distintos paisajes y disfrutar de las rutas. Hace cuatro años decidió comprar su actual moto, la tercera que lo acompaña en las aventuras: la Honda Tornado 250 y Honda Falcon fueron las antecesoras.
En 2015, visitó Ushuaia, la Patagonia chilena hasta finalizar la carretera y luego emprender el regreso uniendo ciudades de los dos países. Previamente llegó a Santiago de Chile, subió al Aconcagua y anduvo en bicicleta en varias oportunidades incluyendo el cruce de la Cordillera de los Andes.
Con 53 años decidió emprender el desafío de unir todo el continente hacia el norte ya que la meta de llegar al sur del país ya fue cumplida. El primero de mayo de 2016 junto a su compañero de ruta Alberto Abraham pusieron fecha para la partida hacia Alaska. Un año después, a bordo de su Suzuki V-Strom 650 se despidieron de las familias y partieron a la aventura.

Su amigo volvió a Córdoba y sin planearlo se reencontraron nuevamente allí cuando uno buscaba la moto luego de la recuperación del incidente y el otro emprendía la vuelta a casa. Esa no fue la única sorpresa con la cual se topó ya que en Guatemala, una amiga de su hija mayor le brindó hospedaje y juntos se dirigieron al aeropuerto a recibir a Roxana quien decidió visitarlo en la mitad del trayecto después de un mes de haber salido de casa.
Sueño cumplido

Ese lugar se convirtió en la meta final atravesando 14 países para lograrlo. A lo largo del camino conoció a nuevos amigos con los que compartía el anhelo de viajar: colombianos, argentinos, italianos, entre otros. Alguno de los tesoros que rescata de la experiencia están las personas: “Me he encontrado con gente muy lindas, muy buenas personas. A mí me sorprendió gratamente lo buena que es la gente en Canadá (…) fue muy enriquecedor”.
Por idea de sus hijos, Fernando creó una página de Facebook llamada “Córdoba-Alaska. Aventura en moto” en donde subía constantemente imágenes de cada rincón que descubría.
“Un Me Gusta estando a 20 mil kilómetros de distancia te llega hasta lo más profundo del corazón”, sostuvo.

Finalizado el viaje a Alaska, reflexionó sobre los desafíos: “Soñar no cuesta nada y realizar ese sueño es una decisión. Nosotros sólos nos marcamos los límites, siempre tenemos excusas que en realidad son los temores”.
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