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Foto Gentileza Radio Jesús María |
Unos segundos después o algunos centímetros de más y la caída del árbol en el balneario municipal de Los Nogales habría sido una de las peores noticias policiales del año. Es que seis alumnas de distintas edades del IPEM 272 Domingo Faustino Sarmiento quedaron debajo de un añoso árbol que se cayó mientras la escuela se retiraba del camping y el viento arreciaba en toda la región.
La peor parte -y que continúa en pronóstico reservado- se la llevó Camila Díaz Vega (16) que resultó con fractura expuesta de su pierna derecha, tuvo que ser trasladada, primero, al hospital de Urgencias en la ciudad de Córdoba y, de allí, al Sanatorio Allende donde esperaba, al cierre de esta edición, la opinión de los especialistas en neurocirugía sobre una segunda intervención quirúrgica en su columna.
La factura vertebral le estaba comprimiendo la sensibilidad de la médula y tenía toda esa zona inflamada y con edemas. Por ese motivo, los médicos apostaron al tratamiento para lograr la desinflamación y poder hacer una evaluación más meticulosa. Hasta este sábado no habría más novedades que éstas.
Alertas meteorológicas

El problema es que las alertas (y está excelentemente dicho alerta) no siempre se concretan, y uno termina sabiendo que hay problemas cuando los tiene encima, más allá de que hayan sido anunciados.
Los festejos del Sarmiento del pasado 20 en el balneario son una tradición que lleva cuando menos 15 años. Con el accidente ocurrido resulta muy fácil aseverar de que tendrían que haber sido suspendidos o pospuestos los festejos de este año, pero directivos, docentes, y personal administrativo consultados por este semanario aseguraron no haber sido advertidos del alerta emitido para ese día.
De todos, de nadie
El balneario municipal de Los Nogales es propiedad de la ciudad. Cualquier cosa que pase allí hace responsable al municipio y, por tanto, a cada uno de sus contribuyentes.
La arboleda que tiene allí es espectacular, nadie lo duda, pero tampoco nadie duda de que muchos ejemplares exóticos que pueblan esa arboleda tienen fecha de defunción, no son eternos.
Y cuando esos ejemplares cumplieron su ciclo útil es necesario sacarlos y reemplazarlos por un ejemplar joven y, especialmente, que se corresponda con nuestro suelo y clima. Hablando en criollo: un autóctono.
No es el primer árbol que se cae en el balneario en los últimos cinco años. La pregunta que queda flotando es si no será necesario relevar la arboleda actual y marcar los que corren riesgo de caerse, para evitar próximas desgracias.
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