Por: Marianela Tabbia (De nuestra redacción)
El pulmón verde de Jesús María suma un nuevo atractivo: la observación de aves, una actividad en auge dentro del turismo alternativo. Dentro de las 100 ha que tendrá el lugar (60 actuales más las 40 donadas por la familia Zerboni) se descubrió un importante tesoro de biodiversidad a metros de la ciudad. Para la identificación de una especie existen recursos más allá de la visualización cercana del pájaro, a través de características como el vuelo, plumaje y canto.
Ezequiel Vivas es voluntario de Ateneo Construcción Política y quien lleva adelante el proyecto. Esta iniciativa abrió la puerta para el ecoturismo y un desafío para posicionar la reserva como destino. En varias oportunidades grupos de fotógrafos de distintos puntos de la provincia visitaron el lugar. “Se quedaron maravillados con la enorme biodiversidad”, graficó el fotógrafo Vivas.
Adentrarse en el sendero para apreciar la avifauna requiere de cuatro horas si se desea una visita más detallada aunque a un paso más veloz se concluye el recorrido en menos tiempo. La actividad requiere de una vista y oído agudizados, pero sobre todo mucha paciencia.
Quienes practican el hobby deben seguir ciertas reglas básicas para no alterar el ambiente y sus moradores: no llevar animales domésticos, no alimentar a las aves ni molestarlas especialmente cuando tienen pichones, no vestir con colores llamativos, entre otros.
A través de su página de Facebook “Reserva Natural Parque del Oeste” se difunden fotografías sobre las especies halladas junto a sus características y se realizan las convocatorias a las visitas guiadas de los sábados.
En octubre de 2015 se creó Parque del Oeste, sólo unos meses después de las crecientes de comienzo de año. Dentro de las consecuencias que dejaron las intensas lluvias fue la pérdida de un tramo en la ribera del Río Guanusacate, colindante a los campos de Juan Zerboni. Allí en ese sector la naturaleza encontró un lugar para subsanarse, creando “un microclima” en el cual “empezaron a aparecer plantas acuáticas” como totoras y juncos que proporcionan refugio a aves como la gallineta común. Este proceso se denomina sucesión ecológica, es decir la reconstrucción de un ecosistema que ha sido dañado por condiciones externas. Si bien ya existían variedades de patos y garzas en el cauce, este cambio en el paisaje favorece la instalación a futuro de nuevas especies acuáticas.
De aquí y de allá

Pese a que Parque del Oeste es un área se encuentra protegida, no siempre es respetada ya que voluntarios detectaron en numerosas ocasiones la presencia de tramperos. La caza y la tala de árboles autóctonos continúan vigentes por lo que el trabajo de concientización para erradicar esas conductas apenas comienza. El tráfico de fauna, tanto para mascotas como subproductos, es un importante negocio y las aves representan más de la mitad de los ingresos según datos arrojados por la organización Aves Argentinas. La reinamora grande y el cardenal rojo, por ejemplo, son presas habituales debido a sus hermosos cantos y sus plumajes llamativos. Ambas especies habitan en la reserva por lo se que omite difundir su ubicación exacta para evitar que sean amenazadas.
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