Lleva años dedicado a un “trabajo hormiga” del que poco se sabe. Apasionado por la ciencia y con mención de honor en la Universidad Nacional de Córdoba, Ezequiel González busca traducir en palabras sencillas los resultados que son producto de madrugar, de invertir horas sobre lupas estereoscópicas, tiempo de lectura y análisis de datos.
“Encontramos que a medida que se pierde bosque, se pierden especies de insectos y esto al mismo tiempo trae aparejado pérdidas en los distintos roles que cumplen en el ecosistema”, explica.
González estudia cómo impacta la fragmentación de los bosques en la diversidad de insectos y forma parte del grupo que trabaja en el Centro de Investigaciones Entomológicas de Córdoba, liderado por Graciela Valladares.

¿Por qué es valioso estudiar estos comportamientos? Ezequiel echa luz sobre un concepto clave: los servicios ambientales, que son los beneficios que las poblaciones humanas obtienen de los ecosistemas. “Entre esos beneficios, algunos los proveen los insectos, como la polinización de los cultivos, el reciclaje de nutrientes y el control de plagas”, repasa.
Enemigos naturales

“Es un número impresionante, no imaginamos que sería tan alto. En una ventana imaginaria de un metro cuadrado de bosque, por semana se movilizaron hasta 5.500 insectos. Algunos son enemigos naturales porque consumen las plagas. Hay dos grupos particulares que son los predadores y los parasitoides, que cambian en función de la forma en que consumen esas plagas” explica.
Los estudios, que duraron cerca de tres años, se hicieron sobre campos de soja cercanos a los bosques. “Hoy existe una visión de los cultivos como ambientes estériles y en realidad no es así. Está lleno de insectos y de organismos como hongos, bacterias y otros grupos que son importantes para regular el ambiente. Cuando se hace un uso excesivo de agroquímicos se pierde un montón y es difícil de recuperar”, alerta.
Avalado por sus hallazgos y con la humildad que atraviesa todo su relato, defiende la conservación de los pulmones verdes de la provincia y suma otros motivos: “Más allá de los insectos, los bosques son fundamentales para regular el clima, controlar las sequías e inundaciones, purificar el agua, capturar dióxido de carbono que contribuye a frenar el cambio climático. Además, tienen un valor estético como paisajes, por lo que también son importantes para el turismo y la recreación”.

Excelente trabajo . Ojalá lo escuchen Más
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