Por: Leonardo Rossi (De nuestra redacción)
Semanas atrás la abogada local Graciela Ariza puso a la región en un lugar destacado del ámbito académico. Esta graduada como doctora en Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba, obtuvo el Doctorado Honoris Causa del Centro de Estudios Emmanuel Kant del Distrito Federal de México. Ariza disertó en esa casa universitaria en torno al Derecho de Familia, y fue por sus contribuciones a ese campo académico que recibió la notable distinción. Esta semana, su logro, fue celebrado en Jesús María, mediante un evento organizado por la delegación local del Colegio de Abogados.
Cambios sustanciales
‘La pedagogía jurídica en el derecho de familia a través del estudio de casos’ es el título del trabajo presentado por Ariza en las jornadas desarrolladas en tierra mexicana. En su exposición durante
desde agosto de 2015, en torno a la temática sobre la que se ha abocado a investigar. En concreto, se planteó observar cómo las “definiciones y conceptos existentes en la normativa del Derecho de Familia” permiten “formar un sistema de pensamiento jurídico que genere cambios en la calidad de vida familiar y profesional”.

Ariza deja en claro en su trabajo que haber introducido semejante disrupción en las estructurales judiciales no es cosa sencilla. Destaca “las dificultades conceptuales que entrañan los intentos para delimitar el cambio de código porque no siempre coinciden los factores lingüísticos y extralingüísticos, y resulta necesario entonces que los tribunales ordenen la adecuación por decreto en esta comunidad de habla”. En esta línea, la investigadora sostiene que “estamos en vías de integración” de un nuevo lenguaje jurídico.
Un lenguaje que conecte
Es por esta “falta de afinidad entre ambas terminologías del viejo código y el nuevo código, fonológica, gramatical o semántica” que debemos incentivar una adaptación progresiva y “con la necesidad de su exigencia judicial en la praxis jurisdiccional”. Es decir, que implique cambios concretos en el día a día de los ciudadanos que deben acudir al ámbito judicial.

Entre las conclusiones del trabajo publicado en México sobresale el acento que pone en valorar la capacidad del lenguaje como vía de conexión entre el mundo de los juristas y la ciudadanía de a pié. Al contrario de fomentar un uso de las palabras críptico, alejado del cotidiano de la sociedad, la abogada se esfuerza por resaltar la posibilidad enorme de transformación cultural que implica una legislación digerible para todo público. “El lenguaje es un instrumento valioso para la comunicación, un instrumento que los hablantes han elaborado durante muchos siglos y que cada generación se encarga de actualizar y modificar de acuerdo con sus propios intereses”, resalta. Para luego rematar con la idea de que el Poder Judicial no debe estar ajeno a este andar: “Las leyes deben ser claras, sencillas y fáciles de leer y comprender”.
Estos valiosos aportes al pensamiento sobre el impacto de las leyes en el devenir de la comunidad le valieron a Ariza, una vecina de la zona, un destacado reconocimiento en el exterior. Un ejemplo de alto nivel para no omitir a la hora de pensar en temas vinculados a la niñez, adolescencia y familia por estas tierras.
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