Por: Leonardo Rossi (De nuestra redacción)
Bajar la vulnerabilidad
Fontana, formada como politóloga y con un máster en antropología cuenta con un extenso currículum en torno esta temática, en la que también analizó casos de otros lugares del mundo, como México.
Esta académica es autora de los libros "Comunicando el riesgo: estrategias comunicativas frente al riesgo de desastres (2015)” y “Sobre llovido, mojado. Riesgo, catástrofe y solidaridad. El caso Santa Fe (2009)”, y directora del “Observatorio de Gestión de Riesgo de Desastres para la Provincia de Córdoba”.
Entre los primero conceptos vertidos durante su exposición en el salón del Festival de Doma, sobresalió que “gobernar el riesgo de desastres no es algo inmediato y que fundamentalmente es algo participativo”.
¿Cómo se compone el riesgo?, fue la pregunta disparadora de la charla. Con didáctica explicación, Fontana destacó que “existe una amenaza, por ejemplo aquí puede ser la inundación natural de un río”. Eso se multiplica, potencia, por “una vulnerabilidad”, por ejemplo “construcciones a la vera del río”; y se divide, reduce según “la capacidad de respuesta”: obras o plan de evacuación, por ejemplo. A fin de cuenta, “un desastre es un riesgo que no se logró manejar”, completó.
Más allá de una gran obra
Acerca de algunos de estos tópicos, Fontana detalló que por ejemplo “generar conciencia a través de la educación y la buena comunicación es tan importante como hacer obras”. Por ejemplo, que en las escuelas se enseñen aspectos vinculados al conocimiento del territorio, las zonas de riesgos, los planes de evacuación tienen un alto impacto positivo de cara a situaciones límite.
En la misma línea, para esta especialista es fundamental también “mirar de forma amplia” esta gestión de riesgos. Pensar en grandes infraestructuras no siempre es la mejor solución a problemáticas como por ejemplo las crecidas e inundaciones. “A veces una obra nos puede generar nuevos riesgos”, sostuvo en referencia a esa necesidad de planificar el territorio de forma integral. Es decir sumar obras para proteger una zona, puede afectar otra.
Además se refirió concretamente a la construcción de viviendas a la vera del río, a la impermeabilización de los suelos producto de la ‘sojización’ y el necesario desmonte que la acompañó, para concluir: “La planificación y el ordenamiento territorial son políticas sumamente importantes”.
La especialista, además, ejemplificó con lo que dejó el paso del huracán Matthew: “Vean cómo impactó en Haití donde la población no estaba preparada, no trabajó en la gestión del riesgo de desastre y tuvo 800 muertos, daños materiales. Si vemos el mismo fenómeno en la costa de Florida el daño fue menor porque tanto la población como el gobierno estaban preparados para hacer frente al fenómeno”.
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