Captar aromas, detectar acidez o amargor, analizar coloración, tocar, y sentir un vino son actividades que requieren entrenamiento, práctica, educación. Y una pequeña muestra sobre todo ese mundo trajeron a nuestra zona dos especialistas del INTA Mendoza esta semana nuestra zona, el doctor en Enología Martín Fanzone y el enólogo ingeniero agrónomo Santiago Sari.
La actividad fue realizada en el Centro de Interpretación del Legado Jesuítico y del Camino Real y contó con el auspicio del municipio caroyense, del Ministerio de Agroindustria, del INTA, de los productores de salame IG, y de la bodega Terra Camiare (exbodega Nanini).
Dividido en dos jornada de alrededor de cinco horas cada una, los asistentes -la mayoría vinicultores locales- se apeló a distintas variedades de vinos blancos y tintos para ir comparando y educando los sentidos para poder apreciarlos en profundidad. Sauvignon blanc, torrontés, semillón, riesling, viognier, chardonnay, merlot, mal- bec, cabernet sauvignon, bonarda, cabernet franc, pinot noir, entre otros, sirvieron para los ejercicios que vinieron después de abundante información técnica.
En otras regiones, este tipo de capacitación demanda cuando menos una semana, aunque en este caso tuvieron que apretar lo máximo posible para poder brindarlo en dos jornadas solamente.
Por lo pronto, las herramientas que dejaron tienen que servir de base para empezar a tipificar los vinos locales, poder definirlos a partir de sus cualidades y de sus diferencias con otras regiones. Porque el poten cial local es mucho y la necesidad de difundirlo también.
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