En la bodega La Caroyense, el ministro Sergio Busso firmó el pasado lunes la resolución ministerial que representa un avance en la “convivencia productiva” de la provincia y que implica que en todo el territorio cordobés no se podrá aplicar el herbicida hormonal volátil conocido como 2.4D en un período ventana que irá de agosto a marzo.
¿Por qué durante ese período? Principalmente, porque es cuando coincide la brotación y floración de infinidad de cultivos de hoja ancha (frutales, hortalizas, flores ornamentales) con la aplicación de barbechos para otros cultivos extensivos como la soja. La aplicación de 2.4D en su formulación éster genera una deriva que se demostró es sumamente nociva para los cultivos de hoja ancha.
“Esta resolución ha sido consensuada con todos los sectores y creemos que va a ser de suma utilidad. La particularidad de esta resolución es que plantea una cláusula transitoria porque este año se aplicará desde el primero de noviembre”, explicó el ministro Busso, quien aclaró que la nueva norma no reemplaza a las que ya existían y que prohibían el producto en algunos departamentos y pedanías durante todo el año.
Busso remarcó que la decisión del Ministerio de Agricultura fue consensuada, incluso, por las cámaras que venden el producto, tanto con Casafe como con Ciafa. “Me interesa particularmente -añadió el ministro- que el 2.4D no se aplique y no genere daño en los cultivos que tratamos de proteger y eso se logra con consenso y después de un trabajo muy fuerte con los productores”.
El nudo del problema
Hace un tiempo prolongado, el complejo productivo cerealero y de las oleaginosas viene luchando contra una realidad: hay cuando menos siete malezas que han demostrado una resistencia inusual al glifosato que es el herbicida con el que históricamente se combatían. Y también se ha demostrado que la mejor manera de combatir esas malezas es con “cócteles” de productos fitosanitarios entre los cuales, los hormonales volátiles (como el 2.4D) son los que mejor resultado garantizan.
El problema es que los hormonales volátiles tienen una deriva muy larga, de hasta 30 kilómetros, si no se aplican con las condiciones de humedad, viento, y temperatura adecuadas. Ésa es la queja de quienes producen frutales, hortalizas, y flores porque vienen viendo mermadas sus producciones porque la deriva de esos herbicidas ataca directamente a sus plantaciones, aunque no se haya aplicado tan cerca.
“Córdoba es una provincia productiva que tiene que consensuar y congeniar sus producciones. Esta decisión (que tomamos) es muy equilibrada porque trata de proteger economías regionales como la de Caroya, pero sin atacar a otras producciones extensivas como puede ser la soja. Vamos por una prohibición total, pero en el mientras tanto aguardamos que las fábricas de herbicidas avancen en la reconversión y el reemplazo de estos productos para hacerlos menos volátiles”, remarcó Busso.
El caso de Caroya
Para colmo en todo el territorio del departamento Colón y en algunas pedanías de Totoral y Río Primero está prohibida totalmente la aplicación del producto, no así su transporte y comercialización. Hasta hoy, el principal problema fue la fiscalización sobre el cumplimiento de esas normativas vigentes y eso es, precisamente, lo que prometió Agricultura para la campaña que se viene.
Prohibiciones anteriores
El Ministerio de Agricultura dictó resoluciones anteriores a la presente, en zonas específicas de la provincia de Córdoba, donde la utilización del 2,4 D se encuentra totalmente prohibida durante todo el año. Estas zonas, en las cuales la nueva resolución 112 no modificará el alcance de las limitaciones, son las siguientes:
- Pedanías Constitución, Cañas, Río Ceballos y San Vicente del departamento Colón.
- Pedanías Sinsacate, Río Pinto y Totoral del departamento Totoral.
- Pedanías Potrero de Garay, Reartes, Santa Rosa, Cañada Álvarez y Río de los Sauces del departamento Calamuchita.
- Y de manera total los cinturones verdes de los departamentos capital y Río Cuarto.
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