Por: Leonardo Rossi (De nuestra redacción)
Durante muchos meses un grupo de vecinos de Jesús María (Ateneo de Construcción Política) dio pelea en el buen sentido por obtener un lugar que preservara la naturaleza a gran escala en la ciudad. Luego de intensas campañas, reuniones con autoridades y un abanico de argumentos, en octubre de 2015 lograron que 45 hectáreas fuera declarada como Reserva Natural. Por estas horas ese espacio, El Parque del Oeste, vive constantes situaciones de contaminación causada por particulares. “Los trabajos proyectados para proteger el ambiente en esta zona están frenados”, planteó con preocupación Marianela Piazzano, miembro de El Ateneo.
Ambiente descontrolado
Justamente este espacio fue pensado como un pulmón verde para la ciudad. Un lugar donde oxigenarse de tanto cemento. Los límites del Parque del Oeste se ubican entre el fondo del country Barrancas, el barrio La Costanera y el balneario municipal, siempre cruzado por el Río Guanusacate. A partir de la aprobación por parte del Concejo Deliberante de la creación del parque los objetivos tenían que ver con avanzar en la delimitación, ubicación de cartelería para poco a poco promocionar el sitio como centro de actividades recreativas, culturales y de prácticas educativo-ambientales. La realidad de los últimos meses indica que el trabajo autónomo de este grupo de vecinos sin fuerte apoyo del Estado se torna insuficiente.
Desde El Ateneo han señalado que existen varios focos infecciosos que despiertan preocupación. Por un lado la utilización de los terrenos “por parte de familias que se han ubicado en un sitio donde no está habilitado”. Miembros de la organización han registrado que en cercanías del dique de afloramiento algunas familias “lanzan sus desechos sanitarios y de uso doméstico”. Dentro de los residuos han encontrado pañales y restos de papel higiénico, entre otros desechos.
Recalcan desde el espacio vecinal que “de esa toma de abastece de agua Jesús María”. Y aclaran que la Dirección Provincial de Agua y Saneamiento ya dejó asentado que ese espacio “debe tener ciertas características ambientales como cobertura verde y ningún tipo de contaminante, algo que claramente no se cumple”. A esta situación añaden que en algunos espacios “ingresa un grupo scout que también descuida el ambiente, por ejemplo cortando árboles”.
No hay plan
De cara al futuro y para intentar revertir este escenario, desde El Ateneo de Construcción Política se han planteado llevar estos planteos a las autoridades municipales y provinciales. Se entregó material que acredita la presencia de estos focos infecciosos y plantean la necesidad de un trabajo pro-activo para evitar que estas hectáreas sigan padeciendo estas intervenciones antrópicas negativas.
“Este es un espacio clave para dar el ejemplo, para trabajar desde la bio-remediación, para mostrar lo que significa el manejo sustentable del río pero por ahora no hay un plan integral de gestión que es lo que hace falta”, deja asentado Piazzano.
El Parque del Oeste fue una novedosa propuesta vecinal, adoptada por el Estado municipal en pos de contar con una reserva natural en tiempo donde se torna difícil frenar el avance descontrolado sobre el ambiente. Desde su creación a esta parte poco se ha hecho desde el ámbito político por darle sentido práctico a este notable proyecto. En otras palabras, la ley deviene en letra muerta, y la reserva en una cáscara vacía.
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