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Un plan integral para potenciar la soberanía alimentaria caroyense

El municipio aborda diversas líneas para estimular la autoproducción de alimentos.

Por: Leonardo Rossi (De nuestra redacción)

En la búsqueda de consolidar tareas que venían dispersas, el municipio de Colonia Caroya creó la Oficina de Economía y Soberanía Alimentaria (Dirección de Desarrollo Social). Este espacio surgido a partir de la gestión municipal asumida a fin del año pasado, aborda un plan de unidades productivas familiares que alcanza a unas cien familias. Las otras líneas de trabajo son el vivero agroecológico, un plan de accesibilidad alimentaria y los quioscos saludables. “Buscamos apuntalar un perfil productivo y no la mecánica de recibir un bolsón de alimentos”, explican Virginia Torres y Emilia Solfanelli, miembros de la oficina. 

Satisfacer la dieta 
Unas de las grandes apuestas en estas nueva mirada de abordar la temática tuvo que ver con fortalecer las unidades productivas familiares, un patrimonio histórico de Colonia Caroya en peligro de extinción. “Se apuntó a trabajar con familias que ya tenían un perfil productivo o que tenían el espacio para empezar a producir”, indica Solfanelli. En este proyecto se hace entrega de gallinas ponedoras y semillas, en trabajo articulado con el INTA que aporta esos insumos. En este plan, el próximo 28 de julio se hará otra entrega significativa, de 120 ponedoras.
Con este paso se inicia un círculo productivo que busca generar una base de huevos y verduras que permita satisfacer la dieta familiar. Además se entregan pollos parrilleros. “Durante el primer semestre se entregaron 300 unidades”, apuntó Torres. Para ampliar las alternativas, dentro de la producción cárnica, otra línea que empieza a abordarse es la cría de ovinos. 

Frente amplio 
Entre los diversos beneficios de esta lógica productiva irrumpen algunos puntos destacados. Por un lado, que estas unidades familiares no siembran haciendo uso de plaguicidas ni fertilizantes industriales. Además, estos alimentos sanos, en los casos en los que hay excedente, son trocados por otras producciones de vecinas y vecinos en el ‘Trueque’ que se organiza una vez al mes en el Centro Integrador Comunitario del Lote XV. 
Estas prácticas junto a las aplicadas por el plan de accesibilidad alimentaria en el que se dan talleres de cocina económica, y de conservas y dulces, trazan un recorrido que cimenta en hechos concretos la noción de ‘soberanía alimentaria’. Esa idea que prosperó desde la Vía Campesina –mayor organización rural de base del mundo- para explicar que los pueblos deben decidir de qué alimentarse; quién y cómo deben producir los alimentos, apuntó a generar arraigo rural, comercio justo y local, producción sana, entre otras cuestiones. 
A este plan se suma la continuidad del trabajo en el vivero municipal con productoras agroecológicas, que comercializan frutas y verduras libres de agroquímicos. En paralelo se apuntaló la tarea de las cantinas y quioscos escolares en la búsqueda de una alimentación más sana. “Se trabaja con Tronco Pozo, República de Italia, Belgrano y San Martín en aspectos que van desde la manipulación de alimentos hasta la conformación de menús”. 
En un contexto económico donde la compra de alimentos se vuelve un juego de ajedrez, y la calidad muchas veces pierde lugar frente al menor precio posible, esta oficina pública tiene un fuerte rol que jugar, y en ese transitar va dando pelea.   
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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