Por: Leonardo Rossi (De Nuestra Redacción)
Entre tanta mala, Ezio Giachini y Verónica Braida han tenido una noticia para tomar un respiro. El caso de esta pareja se convirtió en uno los más críticos en torno a las inundaciones del verano pasado. Tal como reflejó este semanario en abril y mayo, esta familia perdió su vivienda arrastrada por el río en la zona de La Cotita. La casa que estaba a punto de ser estrenada había sido construida mediante el plan Procrear, y la familia debía seguir pagando el crédito que le había otorgado ese programa. Luego de insistentes gestiones, lograron que el Banco Hipotecario cancelara la deuda. Ahora deben resolver otros compromisos crediticios que rondan los quince mil pesos, y apelan a que Anses les permita volver a acceder al programa habitacional. “Hasta hablar con Diego Bossio no vamos a parar”, dice Verónica, con una fuerza que saca de donde ya no queda.
El caso

Frente al evento climático del 15 de febrero, la vivienda quedó a menos de cien metros del hogar que estaba a punto de ser estrenado. La primera casa propia de los Giachini luego de veinte años de pareja. El río siguió su trabajo en esos días de lluvias persistentes y finalmente el 3 de marzo, la casa y el terreno entero fueron devorados por el agua.
Desde entonces, Verónica se cansó de golpear puertas para ser incluida dentro de las familias damnificadas por las crecidas. “Ni Municipio ni Provincia nos dieron respuesta”, repite una y otra vez. Sin esperanzas de recibir ayuda alguna, al menos buscaba la forma de cancelar el crédito por la vivienda, del que ya había pagado 10 cuotas. Por delante quedaban casi veinte años de pago de tres mil pesos por mes, por una casa que ya no existe.
Una oportunidad

Luego de infructuosos intentos por recibir respuesta de las autoridades, Verónica dice firme: “Ahora no quiero ninguna ayuda del Municipio ni la Provincia, porque cuando los necesité me dieron la espalda”. La mujer apela a tener un encuentro con Diego Bossio, máxima autoridad del Anses, y que se contemple su particular caso para poder presentarse nuevamente a un plan Procrear. “Ya perdí mis sueños, esperanzas, toda la carga afectiva que había en ese lugar, en imaginar a mi familia ahí por años y años. Lo único que me queda es salir de la depresión y tratar de volver a empezar si es que nos dan esa oportunidad”, dice la mujer en un llamado colmado de dolor.
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