Unos 900 productores volvieron a juntarse a protestar a la vera de la ruta nacional 9 norte. Esta vez, sin corte, pero con la sensación de que las protestas de hace siete años podrían volver a reditarse si no media un cambio drástico por parte de las autoridades nacionales de las políticas para el campo.
Muchos de los productores congregados allí mencionaron entre sus preocupaciones el control de la inflación y de la emisión monetaria, la eliminación de las retenciones agropecuarias, la normalización del comercio del trigo y del maíz, además de la reducción en la presión impositiva. Mencionaron que vienen produciendo para quedar “hechos” y que ningún minifundio es viable con estas reglas de juego.
Bajo las consignas “No maten al campo” y “El campo mata al hambre”, productores agropecuarios de distintos puntos de la provincia se movilizaron esta semana.
“Estamos hartos de que nos digan que somos golpistas y que somos los que destruimos y que somos los fumigadores asesinos. No tenemos que hacer más catársis como hacemos en los bares. No estamos a cá para darnos nuevamente la razón de que somos los mejores produciendo. Nos enfrentaron al resto de la sociedad de tal manera que a veces ni siquiera podemos reflexionar puertas adentro en nuestras propias familias. Les pido que pensemos cómo damos vuelta esta historia con inteligencia”, señaló Carignano.
Después del presidente de la Rural tomó la palabra Mariano Andrade -de Sociedad Rural Argentina: “Los efectos de este modelo hacen que los ingresos de los productores se restrinjan cada vez más”.
Como orador final, José Manubens Calvet, presidente de CARTEZ, expresó: “Me fortifica que los productores perciban la necesidad de movilizarse”. Con respecto a las problemáticas del sector, coincidió con el resto de los dirigentes y sugirió poner fin a una “presión tributaria récord”. Así también, hizo hincapié en la producción lechera afirmando que “hay miles de tambos estancados y sin rentabilidad”.
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