Último momento
recent

Sus tiempos, nuestros tiempos

La eterna dicotomía entre las decisiones que se toman en la órbita del Estado y que poco tienen que ver con las urgencias y necesidades de los ciudadanos.

Han olvidado el caracter transitorio del cargo, han olvidado que nadie les extiende un cheque en blanco ni les otorga la suma del poder público, han olvidado que la política está para servir y no para servirse, y han olvidado rendir cuentas sobre lo que hacen con los dineros del pueblo. ¿Qué parte de todo eso es lo que no se entiende?
Tampoco se les entrega el poder para que decidan obras y servicios a antojo, sin mediar consulta. Y no vengan con eso de la democracia “representativa” y que el pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes. Dejen esos argumentos para el siglo XX.
Con todos los mecanismos que hay a disposición, ya no hay excusas para dejar que el vecino de a pie participe de la vida pública de la ciudad. Solamente hace falta coraje político para darle fortaleza al “otro” al que está enfrente de nuestro mostrador.
Y tampoco hay excusas para demorar la puesta en marcha de servicios y obras esenciales cuando son necesarias y no cuando se les ocurre a los gobernantes de turno.
Para que alguna vez los tiempos de la política sean también los de la gente. Que haya acción antes que reacción, que haya prevención antes que reparación, que haya construcción antes que reconstrucción.
En un año donde tenemos la herramienta para cambiar, el voto, más que nunca conviene preguntar a quienes aspiran a gobernarnos si están dispuestos a ceder un poco de poder y empoderar al pueblo.
Si están dispuestos a dejar de lado las mezquindades y pensar en el bien mayor, si están dispuestos a dejarle lugar al que sabe si la circunstancia no los encuentra preparados.
Si democracia es elegir, especialmente, qué mejor que elegir a aquellos con vocación por lo distinto, al que no chicanea, no evade, al que realmente quiere que algo cambie.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Con la tecnología de Blogger.