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José María Córdoba, con el radicalismo como escarapela

Abuelo y nieto comparten la misma pasión
Tiene 87 años y alrededor de 70 como afiliado del centenario partido. Analizó junto a Primer Día la actualidad del partido y las recientes internas.

Tiene la autoridad moral de aquel que nunca se desvivió por un cargo electivo, que solamente fue funcionario provincial durante un corto tiempo en la época de Justo Páez Molina, y que tuvo muchos cargos partidarios aunque no fueron rentados.
Tranquilamente, se puede afirmar que José María Córdoba es un radical de pura cepa y que abrazó los principios del partido antes de que surgiera su más encarnizado rival, el Partido Justicialista.
Con 87 años, sigue leyendo el diario con regularidad, tiene los achaques propios de los que vivieron su vida con intensidad, sigue tomando café en el bar que está frente al Hospital Vicente Agüero, y dejó de ir a la cancha a ver a los piratas de Alberdi porque la “popu” ya no es lugar para un abuelo de 87 años que tuvo al deporte entre sus pasiones más arraigadas.
Lo único que lamenta, hoy, es haber tenido que abandonar la organización de la tradicional maratón que propiciaba su club, el Pío León. Pero José María Córdoba, también apodado el “mono” o el “presi” sigue manteniendo una lucidez y una memoria admirables y da gusto encarar una charla sobre cualquier tema. La política, otra de sus pasiones, es la elegida para este encuentro.
“Si la memoria no me falla, me acerqué al radicalismo a los 14 años cuando estudiaba en el secundario en el Colegio Nacional de Monserrat y se formó la Organización Radical de Estudiantes secundarios (ORES). En esa época, el peronismo casi no existía así que era una lucha entre compañeros conservadores y demócratas. A los 18 me afilié”, explicó Córdoba, quien lleva más de 70 años de militancia.
“Me he autocalificado -añadió Córdoba- que soy un militante amateur porque jamás fui candidato ni pedí candidatura alguna. Solamente fui candidato a concejal en el año ‘54, pero impugnaron mi candidatura porque no tenía los cinco años de residencia que pedían en esa época ya que me había olvidado de hacer un cambio de domicilio a tiempo”.
Don José María se siente libre para expresar sus opiniones porque no vivió de la política durante todos estos años de militancia: “Ando con la cabeza limpia por la calle, nadie me puede decir nada. Hoy, han cambiado las cosas. Un militante dice ‘quiero ser candidato a intendente o a concejal’, se proponen ellos mismos, y parece que se estila llevarles el apunte. Y eso no puede ser”.
Respecto de la decisión del candidato de su partido a las elecciones del 14 de junio, Luis Picat, de renovar completamente la lista, Córdoba expresó: “Da la impresión de que no concultó con nadie e hizo una lista de toda gente nueva y se olvidó de todos los veteranos. En ese aspecto, no me disgusta que sean todas figuras nuevas porque en esas figuras nuevas puede haber alguna revelación. A los viejos ya los conocemos a todos acá y no hay ninguna -con todo respeto- figura deslumbrante. Entre los nuevos, puede aparecer alguna revelación capaz de  resolver los problemas vecinales”.
 Córdoba ensalzó la figura de Noé Reggini como el último intendente radical que realmente la transformó profundamente y anheló que una plaza o calle lleve su nombre algún día.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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