Más que por su militancia, a Dolores Molina, Claudia Novello y Sandra Antonietti las fueron a buscar por sus ideas, por su caracter, y por su capacidad para trabajar en equipo y aportar opiniones y desarrollar proyectos. Y casi no tuvieron que ponerse a pensar cuando les ofrecieron trabajar en el espacio político que hoy lidera Luis Picat.
¿Qué las motivó a salir de la zona de confort que supone la mesa del bar e involucrarse en otros desafíos?
Dolores Molina: Hace poco, descubrí que hice política toda mi vida, desde distintos lugares, más en los últimos años cuando asumí como secretaria del Coelgio de Abogados y como delegada de los profesores en la Escuela de Gendarmería. Le agarré el gustito a esto de hacer política, de escuchar a la gente, y tratar de resolver problemas. Porque hay que cambiar desde adentro lo que no me gusta, no sólo desde la crítica.
Claudia Novello. Es salir del lugar de confort donde uno se mueve, como puede ser el aula y la relación con adolescentes y adultos en la educación, y que es el lugar donde uno tiene más seguridades. Haber participado en la campaña política anterior (en los equipos técnicos de Carlos Roldán) fue súper positivo porque aprendí de los errores propios y ajenos. Es dejar un lugar de comodidad para trabajar en algo en lo que uno cree y en lo que uno apuesta. Poner una mirada femenina que es distinta y participar como un desafío profesional.
Sandra Antonietti: Yo milité en la Juventud Radical muchos años porque me gustaba la parte del desarrollo social, la llegada a la gente. Desde los 18 años y con el surgimiento de la democracia para mí fue un despertar lindo. Después, hubo cosas que no me gustaron de la política y me fui. Cuando me vinieron a hacer la propuesta, lo pensé con la almohada, lo consulté con mi familia, y le pregunté a personas que me iban a dar buenos consejos. Hace 28 años que estoy en la docencia y siempre le digo a mis alumnos que es muy fácil criticar a los políticos desde afuera, lo mismo que se puede criticar el sistema educativo. Descubrí que los problemas que tiene mi ciudad son los mismos que tengo yo y recapacité en que mis hijos viven acá, mis nietos también, y quiero algo mejor para ellos.
Dolores Molina: La primera vez que hablé con Luis le dije ‘pensalo bien porque yo no soy una persona fácil. No voy a votar lo que vos me mandes sino lo que es mejor para la ciudad. Quería que tuviese claro que no voy a ser una mano de yeso que levanta la mano ante cualquier proyecto que venga del Ejecutivo.
Claudia Novello: Conociéndonos como somos, perdé cuidado que no va pasar lo que pasa con otras listas en la que convocan mujeres porque hay que llenar el cupo femenino. Me parece que nos conocen y tienen referencias nuestras.
Sandra Antonietti: Cuando hablaba con Jose (Capellino) le decía ‘mirá, a mí no me van a hacer firmar nada ni vos ni Picat ni nadie. Vos no me conocés con los Antonietti encima. Te voy diciendo esto porque estoy convencida de que la política se tiene que conjugar con la ética. No voy a firmar ninguna orden si no me parece que es correcta.’ Me parece que a las tres nos pasó lo mismo, que tuvieran claro que somos mujeres que tenemos convicciones y que las defendemos a rajatabla.
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