Por: Leonardo Rossi (De nuestra redacción)
Luego de la crisis que vivió el sector el año pasado, parecía difícil encontrar un panorama menos alentador. Sin embargo las incesantes lluvias hicieron estragos y los productores viven una temporada notablemente peor que la anterior. Lauret apunta que las pérdidas, que según su registro van del cincuenta al setenta por ciento (en variedades como pinot negro, cabernet y ancellotta), “son más grandes que el año anterior”. Los datos se arriman a los que tiene Mariela Puerta, ingeniera del Departamento de Ambiente, desde donde por estos días toman la declaración jurada de los productores para agilizar los subsidios. “He hablado con unos quince productores y las pérdidas van de setenta a cien por ciento”, señala. “Queda la cosecha de la frambua, pero también se espera que la merma sea alta”, añade.
Desde su unidad productiva, Danilo Fantini comparte el duro día a día que viven: “En cabernet, de una hectárea que tenía, perdí todo, y en otras las pérdidas también son grandes, de entre ochenta y noventa por ciento”. “Sin dudas que es el peor año de todos”, confirma. Daniela Mansilla, técnica que trabaja junto a Fantini y otros cinco productores, comparte que “en varios lotes hay pérdidas de cien por ciento”. Desde el grupo Vitis (Ministerio de Industria de la Provincia) que coordina, Mansilla observó que “a pesar de la gran tarea que hicieron los productores, la humedad y las lluvias no dieron posibilidad”.
Alternativas
Mansilla comparte que “en casos como estos, se podría salvar mucho”. “Habría que ver distintas opciones, y buscar mecanismos para proteger la producción local”, enfatiza la ingeniera agrónoma.
Para lo que viene, Fantini dice que “será mucha la inversión para disminuir los factores de infección” en las vides que han quedado muy dañadas por el agua. En ese sentido reconoce que “cualquier tipo de ayuda que pueda brindar el Estado será buena”. Desde el Municipio relevan a los productores y buscan operativizar esta asistencia, mientras se aguardan otros aportes de entes provinciales y nacionales. Ambiente había señalado que hace cuarenta años existían 1500 hectáreas dedicadas a la vid, y en la actualidad sólo quedan 127. Frente a este tipo de eventos, y sin políticas que den alternativas, la tendencia es a la extinción.
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