“Apenas el río nos de lugar, ya tenemos definidos tres espacios donde vamos a hacer gaviones”. La frase la pronuncia el intendente Gabriel Frizza, quien espera una remesa de más de 20 millones de pesos que prometió el gobierno de Córdoba para obras sobre el río Guanusacate.
Han pasado más de 40 días de la creciente del 15 de febrero y casi un mes de la del 3 de marzo. Las aguas bajaron, el ánimo de los vecinos está menos convulsionado, y la ciudad necesita recuperar una dinámica diferente.
Este lunes se concretará la primera reunión de la mesa de trabajo, que fuera anunciada el primero de marzo y que se creó por decreto. Esa mesa se encargará de discutir las prioridades de obras de remediación y explicar por qué se elige un sector en desmedro de otro.
- Los sectores donde la situación fue más grave son aquellos en los que venimos trabajando desde los primeros días: Costanera, Las Vertientes, y Agua Mansa. Para nosotros son los tres lugares donde la gravedad es mayor. Sin dejar de reconocer que en Los Naranjos es grave, que en la planta de captación de agua de El Principito es grave, y en el basural (municipal) es grave. Después, todo lo otro es importante, pero en esos lugares es gravísimo. Si viene otra creciente y nos lleva otro pedazo de terreno en el basural corremos el riesgo que las plantas de cloacas se desmoronen con un daño ambiental enorme, pero vamos a empezar por estos tres lugares, en algunos lugares río abajo, río arriba o tratando de suavizar las curvas. En una segunda etapa, serán los otros tres puntos graves. Después, vendrá proteger la curva de Los Nogales antes de la próxima estación de lluvias.
- Sí, vamos a realizar la limpieza de todo el cauce desde los dos ríos hasta que termina el ejido municipal donde hay que dibujar de nuevo el río, correr material hacia los costados, y que son obras que van a ayudar. Pero van a quedar lugares que son críticos como en el barrio privado Barrancas porque allí comió aún siendo recto, o como en Alto los Dos Molinos porque se generó una barranca importante, y en la zona de La Cotita para abajo, Santa Elena, Quintas de Santa Elena.
¿Todas esas obras son las que están calculadas en los 106 millones de pesos que relevaron?
- Todo eso es parte de nuestro cálculo. Hay una parte que son defensas, gaviones y pedraplenes (terraplenes de 11 metros con una pendiente con anclajes de gaviones en los extremos y colchonetas de piedra en el medio que se pueden sembrar arriba). Pero también está calculado el encauzado, la limpieza, defensa vegetal (cañas, árboles caídos). Con esas obras, tanto la gente del Instituto Nacional del Agua (INA) como de Recursos Hídricos nos dicen que estaríamos bastante protegidos. Aunque insisto que si no está lo de la cuenca, todo lo que hagamos seguirá con el riesgo potencial de que no podamos frenar una lluvia igual a la que tuvimos, sumado a no ganarle espacio al río.
¿En qué sentido?
- El INA fue muy específico en señalar que estas son lluvias que marcan cauces. Éste es el cauce del río Jesús María por más que tengamos lugares con 570 metros de ancho. No hay que meter la ciudad dentro del cauce.
-En esos lugares tenemos que hacer defensas de piedra como existen en la zona céntrica. Sobre la calle Colón tenemos viviendas que están a diez metros del río y las defensas no dejaron que el agua les llegue. Eso mismo tenemos que replicar en Costanera, Las Vertientes, y Agua Mansa. También tenemos que decirles a la gente que son zonas que van a quedar como inundables. Con los gaviones, vamos a garantizar que no desmorone más terreno. Con los cual vamos a lograr, probablemente, que la casa no se le caiga, pero no sé si vamos a poder garantizar que no se inunden. Que si viene un volumen similar de agua, no desborde los gaviones como pasó sobre calle Roma y que inunde viviendas. Eso no lo vamos a poder garantizar. En otros lugares donde había defensas, no comió terreno pero les llenó de agua y barro la vivienda. Hay zonas que van a quedar como inundables y donde vamos a tener que tener acciones de prevención como hicimos algunos simulacros para que no nos tome de sorpresa y sea tan duro sacar a la gente de su vivienda porque no lo habían vivido nunca y no se imaginaban que el agua les iba a llegar hasta el borde de la casa. Ninguna se inundó, pero estuvimos cerca. Hay algunas cuestiones de concientización que algunos de estos barrios, más algunos otros que están en la ribera vamos a tener que capacitarnos y convivir con esa realidad.
- No está incluido. Era solamente para defensas. De todos modos, por ese tema ya formulamos una petición a la provincia, aunque hemos avanzado por nuestra cuenta. También em las roturas de cloacas que tuvimos en el puente Colón donde ya terminamos y en la zona detrás de Los Nogales que estamos trabajando sin producir daño ambiental, pero donde tenemos una rotura. Ése arreglo está en un 90 por ciento.
¿Hasta ahora la única promesa concreta son esos más de 20 millones de pesos de Agua, Ambiente, y Energía, pero esos fondos no van a ser suficientes para afrontar los 106 millones?
- Son 23 millones, de los cuales 19 son para el río Jesús María y 4 para el río Carnero que nos genera problemas en Sierras y Parques. Esto ligado a la firma y llegada de dinero de La Nación que hasta ahora no se dio, ni se firmó el convenio. Hay una inacción del gobierno nacional terrible. Pareciera como si el problema no hubiese existido. De todos modos, tuve reunión con el ministro de Gobierno y hubo compromiso de ir actuando sobre lo actual. Jesús María ya lleva gastados más de dos millones de pesos de fondos propios. Ya lo erogamos y lo hicimos desde nuestras finanzas. Lo pudimos hacer porque estamos ordenados financieramente. Habría destinado un fondo para recuperar parte de lo que ya erogamos en los primeros días, más algunas acciones que tienen que ver con compra de materiales. Hablo de piedra, de gaviones metálicos, de la malla que va detrás de los gaviones.
Se planteó en algún momento que toda la piedra que se tiró no tenía suficiente volumen y que por eso no había durado con las crecientes. ¿Tiene algún asidero ese comentario?
- Después de la primera creciente, tiramos piedras grandes, entendiéndose por esto el tipo de piedra que estamos acostumbrados a mover y al que pudimos acceder. Pero no imaginamos que iba a venir la segunda creciente y arrasó no sólo con nuestro material sino con terreno que llevaba años consolidado. Comió más terreno que el que habíamos rellenado. Esta creciente se llevó un contendedor lleno de cosas adentro, o sea que dudo que no se lleve una piedra. Por lo tanto, si no hacemos otro tipo de contención me parece que no íbamos a estar haciendo cosas definitivas. Por eso, la discusión con el INA y Recursos Hídricos respecto de qué obras hacer.
Agua Mansa y el Parque del Oeste pintaban como espacios verdes de jerarquía, pero el agua se llevó gran parte de ellos ¿qué harán ahora?
- Lo poco que quedó vamos a recuperarlos y seguir con la idea de generar pulmones verdes porque le hacen falta a la ciudad.
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