Después de muchos años de gestiones y de buscar las formas de financiar su construcción, finalmente la Acción Católica de Jesús María pudo entregarle a la parroquia el cinerario en una sencilla ceremonia que tuvo lugar durante la misa del domingo 14 de septiembre.
Pero como las obligaciones del párroco Julio Aguirre son tantas y tan pocas las manos para aliviarlo, se decidió que la administración de este lugar, cuya función principal es darle sepultura a quienes decidieron que sus restos mortales sean cremados, queden en manos de la Acción Católica.
Una aclaración: el espacio se habilitó para todos los miembros de la comunidad de Jesús María, independientemente de la fe que profesen. No se trata de un reducto solamente para quienes profesan la fe católica.
Uno de los integrantes de la comisión de la Acción Católica, Ricardo García, se mostró satisfecho por haber podido coronar esta obra: “Desde hace muchos años, nos habíamos propuesto solucionar el problema (de la falta de espacio físico en el cementerio) a través de la creación de un cinerario ya que muchos que habían decidido la cremación no tenían dónde colocar las cenizas y la Iglesia se opone, terminantemente, a que sean esparcidas por el viento o colocadas en cualquier sitio ya que el hombre es el templo del Espíritu Santo y sus restos son para la Iglesia algo muy importante”.
Vale señalar que la obra comenzó en 2011 cuando se logró convencer primero al párroco y después convenciendo al arzobispo de Córdoba. Tras las autorizaciones, comenzaron las diligencias con el municipio -en ese entonces, con el intendente Marcelino Gatica- y después con Gabriel Frizza, junto a quienes se coordinó la obra y se gestionó la autorización.
Otra aclaración importante es que no se cobra ni mensualidad ni hay contribución anual para el que decida dejar los restos en el cinerario. Solamente, al decidir el depósito de las cenizas se solicita una única colaboración de 200 pesos que sirve para la manutención del lugar (plantas, pintura, limpieza).
La recepción de las peticiones para depositar las cenizas se realizará los segundos sábados del mes a las 11.30 y los cuartos domingos del mes a las 19.30. En ese domingo, también se realizará una misa que se ofrendará a los fieles difuntos que descansen en el cinerario.
Durante la habilitación del lugar, el domingo 14 de septiembre, se aprovechó y se depositaron las cenizas de diez difuntos cuyos cuerpos habían sido cremados.
La única salvedad que se hace sobre el uso de este espacio es que no se permite la colocación de placas recordatorias porque el espacio es muy reducido y no habría lugar para todos los difuntos que se vayan sumando en el cinerario parroquial.
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