Dentro del marco de ordenamiento de las cuencas hídricas de nuestra región, para la cual la Comunidad Regional Colón recibió maquinaria y promesa de fondos por dos millones de pesos, se reanudó la construcción de nuevos microembalses de retardo en la zona alta de Sinsacate donde se programó la construcción de siete de ellos.
La obra cuenta con el aval de los propietarios de los campos y estancias donde deben instalarse los microembalses y también cuentan con el aporte del municipio de Sinsacate que lleva puestos más de dos mil litros de gasoil y todos los caños que se precisan para hacer los microembalses.
Hasta el momento, fueron concluidos los microembalses ejecutados en la estancia Belén, en la estancia San Pablo, y en la estancia de Gustavo Ilari, pero todavía restan de ejecutar cuatro más.
El objetivo de estas construcciones es demorar la llegada de las crecientes en temporada de lluvias. En una especie de “aguada” se deja un caño cuyo diámtero logra que empiece a embalsarse agua y, al mismo tiempo, impide que circule con demasiada velocidad y caudal, las dos combinaciones letales para la integridad del cauce de los cursos de agua.
Sinsacate no tiene un curso de agua permanente y los lugareños dudan respecto de si ese curso de agua lleva un nombre -algunos dicen que se trata del río San Pablo- pero lo cierto es que ya ha demostrado en temporada de lluvias que es capaz de inundar parte del Camino Real, la calle San Cayetano, y parte de la Ruta Nacional 9 norte.
Carlos Ciprián, intendente de Sinsacate, se mostró satisfecho por haber podido encarar estos pequeños diques y solucionar parte de los problemas de la localidad: “Obviamente que el tema de (la caída de la escuela de) Mula Muerta fue un disparador. Muchos propietarios se dieron cuenta de que había que hacer algo. El tema de las lagunas de retardo es una mirada nueva, distinta, y que ha dado muy buen resultado en el sur”.
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