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La magia de la Radio

Por: Jorge Eduardo Parodi (Periodista y Fundador de Radio Jesús María, Periodista Deportivo en Cadena 3)

En estos días se celebró en la Argentina el  día de la Radiodifusión.
La radio debe ser uno de los pocos espectáculos que dura las veinticuatro horas y los trescientos sesenta y cinco días del  año ininterrumpidamente.
La radio, querido lector, es una de las pocas cuestiones que aún tiene entrada gratuita y no se suspende por mal tiempo. Uno puede escucharla al aire libre o bajo techo.
Suele ser una grata compañía o una mala costumbre, según como se lo mire.
Es tan democrática que uno se la pasa votando con sólo apretar un botón, eligiendo a cada instante por una u otra.
La podés seguir en el auto, en tu compu, en el teléfono, en el walkman, o en donde las nuevas tecnologías  te lo propongan.
Cuando uno elige una radio, ese medio deja de escucharse para comenzar a sentirse.
Uno no escucha radio, uno SIENTE LA RADIO.
Por eso, elegimos como slogan de Radio Jesús María  aquello de “La Radio que más se siente”
A partir de la Ley de Medios y de las innovaciones tecnológicas el panorama de las radios variará sustancialmente en Jesús María y en nuestra región.
Nuevas propuestas en el dial, viejas propuestas remozadas, radios que hacen televisión y viceversa.
Radios que entretienen, radios que informan, radios que no hacen ninguna de las dos cosas.
 Radios que respetan al  micrófono y a los oyentes. Radios que no respetan ni a su madre. Radios musicales, radios desafinadas, radios informativas, radios especulativas, radios de servicio.
Radios al servicio de… Radios oficialistas, radios opositoras, radios bonitas, radios feítas, radios reales, radios ficticias.
Libro de pases abiertos, periodistas con trayectoria y audaces con licencia para matar e impunidad frente a un micrófono.
La esencia será la misma, palabras bien o mal utilizadas, silencios, música, comunicación. La magia seguirá intacta, más allá de los que dicen que la radio se muere (como también lo dicen del cine).
Lo bueno para nuestros oyentes de la región es que tendrá para elegir. Cuando lo haga piense en qué medida, más allá de entretenimiento, uno puede desarrollar un análisis crítico y crecer.
Trate de pensar al final de un programa (sobre todos los) si le dejó algo, si le permitió discernir o pensar alguna idea o si, simplemente fue una ruidosa y vacía compañía.
Hoy, la radio, más que ningún otro medio tradicional permite interactuar, hace que el oyente deje de ser un sujeto pasivo para convertirse en emisor de sus propias opiniones.
Recuerde que hoy los medios nacionales, se dividen en pro y en contra. Aquí, la gran damnificada es la verdad, ya que no hay una pretensión verdadera para buscarla ni honestidad intelectual para honrarla. Todo parece ser blanco o negro, como el país.
Trate de determinar si el conductor de turno sólo quiere manipularlo para llevarlo a su negocio, o a su idea política . O si sólo propone un Mundial de Egocentrismo, datos inútiles y vanalidades.
Trate de analizar si en la escucha está primero el servicio a la gente o si se privilegia el negocio y el beneficio para el  emisor y sus clientes.
Es posible ser un oyente inteligente, que a la vez disfrute del entretenimiento que proponen las radios. Porque es la radio la que sigue transmitiendo magia.
Si usted visita una radio, seguramente se decepcionará. Encontrará algunos micrófonos, una consola, gente hablándole a fierrito, una gran antena y no mucho más. Pero no se confunda, la radio no es eso. La radio se hace en parte con eso.
La radio en realidad es otra cosa. LA RADIO ES MAGIA PURA.
La magia de una canción que te transporta a una persona y  a un tiempo. La magia  de sentirte acompañado, aun estando sólo.
La magia de pintarte cada día el paisaje que recorrés. La magia de sentirte integrado a  una comunidad a partir del conocimiento de la realidad del lugar donde vivís.
La magia de gritar un gol, sin verlo. La magia sentir como a un amigo y hasta de insultar o discrepar con el tipo o la mujer que te habla desde una aparato.
En Jesus Maria me tocó ser oyente de la propaladora de Don Sanchez, aprendiz en las radio de  circuito cerrado, iniciador junto a Eric Italia de las trasmisiones en Frecuencia Modulada y la televisión por cable.
Hoy las transformaciones son enormes, las posibilidades  inagotables.
Todos tienen el derecho de poseer una frecuencia, pero también el deber de entender que se trata de un servicio, que lo que se dice no debería ser necesariamente Tinelliano, pasatista, descartable y de mal gusto.
Confío en que será el oyente el que ponga las cosas en su lugar. Sueño que la radio, también en nuestra zona, siga siendo un medio para SENTIR, más que para escuchar.
Ésa es la gran razón por la que, con más o menos opciones, la radio seguirá viva.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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